El Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea han aprobado el reglamento conocido popularmente como ‘ley de inteligencia artificial’ (2024/1689), el cual establece un marco regulador armonizado para el desarrollo, comercialización y uso de sistemas de inteligencia artificial (IA) en la Unión. Este reglamento modifica varias normativas anteriores, y tiene relevancia para el Espacio Económico Europeo (EEE).
El principal propósito de esta regulación es mejorar el funcionamiento del mercado interior de la UE mediante la creación de un marco legal uniforme y fiable que fomente una IA centrada en el ser humano, asegurando un alto nivel de protección de la salud, la seguridad y los derechos fundamentales. Además, se busca evitar la fragmentación del mercado interior que podría resultar de la adopción de normas nacionales divergentes sobre IA, lo que disminuiría la seguridad jurídica para los operadores que desarrollan, importan o usan sistemas de IA.
Asimismo, se pretende evitar los efectos perjudiciales de los sistemas de IA y apoyar la innovación, garantizando la libre circulación de bienes y servicios basados en IA dentro de la Unión.
El reglamento introduce normas armonizadas para la comercialización, puesta en servicio y uso de sistemas de IA de alto riesgo, aplicables a diversos sectores. Estos sistemas deben cumplir con requisitos estrictos para garantizar que no representen riesgos inaceptables para la salud, la seguridad y los derechos fundamentales. Asimismo, la regulación promueve la transparencia y la documentación técnica adecuada de los sistemas de IA, y establece obligaciones para los distintos operadores en la cadena de valor de la IA.
Excluye de su ámbito de aplicación a los sistemas de IA desarrollados y utilizados exclusivamente para fines de investigación científica y desarrollo, así como aquellos utilizados para propósitos militares, de defensa, o de seguridad nacional. Sin embargo, si estos sistemas se utilizan para otros fines, deben cumplir con las disposiciones del reglamento.
También tiene en cuenta la protección de datos personales, complementando la normativa existente en la UE sobre esta materia. Los sistemas de IA que involucren la identificación biométrica remota en tiempo real en espacios accesibles al público para la aplicación de la ley, están sujetos a restricciones estrictas y solo se permiten en situaciones específicas y bien definidas para proteger los derechos y libertades de las personas.
A partir de ahora, este 1 de agosto la nueva ley de inteligencia artificial pasará a formar parte del corpus legal de la UE, aunque ello no significará que entre en vigor de forma automática, ya que deberá ser traspuesta a los marcos legales nacionales de los diferentes estados miembro de la Unión. El proceso de entrada en vigor se producirá progresivamente a partir del 2 de febrero del 2025, fecha en la que deberán entrar en vigor los primeros capítulos de la ley.
La transición durará hasta el 2 de agosto de 2026, es decir, dos años, con un año más de gracia (hasta el 1 de agosto de 2027) para aquellos sistemas de IA que se hayan implementado a lo largo del primer año después de que la ley se haya incorporado al corpus europeo.