Los ciberataques cometidos por programas maliciosos se han multiplicado por un 2,5 en el 2022. La interrupción —aunque sea temporal— de los sistemas electrónicos de los centros sanitarios, como la gestión de las citas o el acceso a los historiales médicos en formato electrónico, tiene consecuencias en la atención médica. Y pueden paralizar sistemas completos durante días, poniendo en riesgo la salud de los pacientes.
No sólo se trata de garantizar la atención sanitaria, sino también evitar filtraciones o manipulaciones de datos. Los registros médicos contienen información altamente sensible como historias clínicas, diagnósticos o resultados de pruebas. Garantizar la integridad y la disponibilidad de los sistemas informáticos y de comunicación en los entornos sanitarios es de gran importancia, ya que el cuidado del conjunto de la población depende directamente de su correcto funcionamiento.
Dotar de herramientas de ciberseguridad apropiadas a los centros sanitarios es crucial y debería ser una prioridad para todas las administraciones involucradas, tanto a nivel nacional como autonómico. Este es el planteamiento del que parte la nueva Cátedra CARISMÁTICA, que ha otorgado el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) a la UPC en el marco del programa de Cátedras de Ciberseguridad en España, dentro del Programa Global de Innovación en Seguridad. La cátedra, que estará coordinada por el grupo de investigación Information Security Group - Mathematics Applied to Cryptography (ISG-MAK) de la UPC, formado por investigadores de los departamentos de Ingeniería Telemática y de Matemáticas, nace con un cuádruple objetivo: concienciar, educar, innovar y colaborar en el ámbito de la ciberseguridad en el ámbito sanitario.
Concienciar y educar en ciberseguridad
Uno de los fines de la Cátedra será informar a todos los agentes implicados en la cadena de suministro del ámbito de la salud (pacientes, personal sanitario, personal administrativo, empresas proveedoras, etc.) sobre la importancia de la ciberseguridad, las posibles amenazas y las repercusiones de un ataque.
También se proporcionarán conocimientos y recursos para que todos estos actores adopten buenas prácticas en ciberseguridad. Para ello se generarán contenidos para mejorar la cultura de la ciberseguridad, adaptados a los distintos públicos. De la misma forma que el sector sanitario impulsó unas mínimas medidas higiénicas sanitarias durante la pandemia (mascarilla, distancia social, higiene de manos), la Cátedra CARISMÁTICA tiene como objetivo educar a la población para que sigan unas mínimas medidas de seguridad que permitan incrementar el nivel de protección de los datos y las infraestructuras médicas.
Se incidirá en los futuros profesionales de la ciberseguridad, proponiendo nuevas asignaturas en los planes de estudio de la UPC o el diseño de programas de formación continua. Se promoverá, asimismo, la participación de docentes de prestigio de este ámbito en los planes de estudio de la UPC, una bolsa de viaje para estudiantes de doctorado o premios a los mejores trabajos de fin de estudio o tesis doctorales en ciberseguridad.
Investigación e innovación, ejes clave de la iniciativa
En el marco de la Cátedra CARISMÁTICA también se desarrollarán técnicas innovadoras para asegurar la prestación de servicios de atención médica, la protección de información confidencial y la integridad de los sistemas y las infraestructuras críticas. En esta línea, desde la Cátedra se abrirán dos líneas de investigación: una primera centrada en la tecnología blockchain y las pruebas de conocimiento cero (ZKP, por sus siglas en inglés de zero knowledge proof), como herramientas clave para garantizar la seguridad en la compartición de datos sanitarios, y una segunda enfocada en reforzar el intercambio trazable de datos médicos, clave para garantizar la privacidad y la seguridad de la información de los pacientes.
A través de la Cátedra también se incentivará la incorporación de la ciberseguridad como parte integral de la organización interna del sistema de salud, fomentando la responsabilidad compartida y la participación activa de todos los agentes —profesionales de la salud, administradores de sistemas y proveedores de servicios TIC— para compartir conocimientos, recursos y buenas prácticas en ciberseguridad.
Las actividades de la Cátedra han arrancado en enero, con la puesta en marcha del proyecto. Está previsto que en el proyecto participen la Agencia de Ciberseguridad de Cataluña (ACC), la Fundación i2CAT, el TecnoCampus de Mataró, centro adscrito a la Universidad Pompeu Fabra (UPF), y la Universidad Tecnológica de Delft (TU Delft).
El proyecto cuenta con un presupuesto de 1,26 millones de euros, de los que INCIBE aporta un 74% y se lleva a cabo en el marco de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiados por la Unión Europea (Next Generation), el proyecto del Gobierno español que traza la ruta para la modernización de economía española, la recuperación del crecimiento económico y la creación de empleo, para la reconstrucción económica sólida, inclusiva y resiliente después de la crisis de la COVID-19, y para responder a los retos de la próxima década.