"Las ciudades están tomando el liderazgo de la transición energética en el mundo”, afirmó la CEO de CITELUM, Carmen Muñoz, en la mesa redonda sobre “Transición energética-cambio climático en el espacio público” celebrada en el marco del Smart City Expo World Congreso, en Barcelona. La aseveración fue compartida por el resto de la mesa, compuesta por cargos municipales y técnicos del ámbito local y miembros de empresas relacionadas con las materias debatidas. La mesa redonda ha sido moderada por el meteorólogo y geógrafo Francesc Mauri, cuya sentencia introductoria ha sido que “la economía verde ha llegado para quedarse porque es fundamental para la supervivencia de nuestra especie”.
Además de los dos participantes citados, la mesa redonda ha reunido a Antoine Badinier, director adjunto de Desarrollo Duradero de EDF; Elena López, primera teniente de alcalde de Eivissa; Cristina Castells, gerente de la Agencia Local de Energía del Ayuntamiento de Barcelona; Alex Ivancic, senior consultant de Aiguasol; Victor Martinez (Ayuntamiento de Sant Cugat), Juan Muñoz (ayuntamiento de El Ejido), y Cristian Riera (Lleida).
Antoine Badinier ha advertido de que “quedan diez años para salvar a la humanidad. Hay, pues, emergencia, y esto es algo que debemos tener en cuenta las empresas dedicadas a la producción de energía”.
Por su parte, la número dos del consistorio ibicenco, Elena López, ha remarcado que el tema energético y el cambio climático es principal en la agenda de la comunidad autónoma balear y que el Ayuntamiento de Eivissa trabaja específicamente en la materia. “Los ayuntamientos debemos servir de ejemplo”, ha sentenciado.
“La ciudad es siempre la gran culpable de las disfunciones que se puedan producir, pero también puede aportar grandes soluciones, además de distintas; siempre con el ciudadano implicado”, ha dicho desde la Agencia Local de Energía del Ayuntamiento de Barcelona Cristina Castells.
Por parte del Ayuntamiento de El Ejido, el técnico Juan Muñoz ha remarcado las prioridades del citado consistorio: “la agricultura inclusiva y el turismo”, además de plantear la posibilidad de su ayuntamiento de ofrecer la carga gratuita del coche eléctrico durante seis meses, pues “la movilidad es muy importante”.
El jefe de los Servicios e Instalaciones de Equipamientos públicos de Lleida, Cristian Riera, opina que “nuestros clientes son los vecinos, que piden soluciones”, por ejemplo, de cara al cambio climático, cuyas consecuencias “quizás sufriremos más que una gran ciudad”.
Desde otra ciudad catalana, Sant Cugat del Vallès -donde, por cierto, CITELUM ha implementado su plataforma MUSE-, el director de Calidad Urbana, Víctor Martínez, ha puesto en tela de juicio la operatividad de un área municipal de Cambio Climático, cuando los ayuntamientos tienen escaso poder de decisión sobre la materia. “Hay que buscar soluciones a esta carencia”, ha manifestado.
En su turno, Alex Ivancic, ha abogado por “incluir a todo el mundo en la transición energética”, petición que ha complementado con un mensaje optimista, pues “tenemos tecnología para avanzar muchísimo”.
Educación, socialización y rapidez legal y burocrática
Sin duda, y más allá del protagonismo de las ciudades en la agenda energética y el cambio climático, otras cuestiones han venido a suscitar un criterio unánime entre los participantes.
En su resumen final, Francesc Mauri las ha verbalizado con gran concreción. “La sociedad avanza a una velocidad nunca vista, lo tradicional está siendo superado y el liderazgo de las ciudades hace patente este aspecto”. Esta ha sido una primera idea en las conclusiones, que ha venido seguida por la constatación de un “efecto traumático de la transición energética, que deja desnudas a ciertas capas sociales” -aspecto este sobre el que Carmen Muñoz había incidido previamente de forma especial al denunciar que se hace pagar las transformaciones a las clases más desfavorecidas, a las cuales, precisamente, habría que compensar con incentivos económicos, mientras que los más favorecidos deberían acarrear los costes-. También ha aparecido la necesidad de una educación global medioambiental y la agilización de trámites legales y burocráticos, hoy en día desacompasados con la rapidez con que se producen los fenómenos de cambio antes citados.