Soy hijo de nadador, aunque los primeros recuerdos de mi padre en el trabajo que tengo son de su faceta posterior, una vez ya retirado como nadador en activo, pasando a ser entrenador, puesto que había dejado de competir cuando yo todavía no había nacido.
Y, entre aquellas imágenes, algunas de nadadores entrenados por mi padre que, tras una serie de piscinas, se paraban a preguntar tiempos y comentar la jugada, si iban demasiado lentos, o bien aceleraban demasiado al principio, con lo que en una prueba que apela más a la resistencia, ello puede minar el esprint al final.
Estas escenas, supongo que todavía habituales en las piscinas, podrían tener fecha de caducidad (aunque no inmediata) gracias a que las gafas inteligentes han llegado bajo el agua.
Además del bañador, otras piezas características del atuendo de todo nadador son el gorro y las gafas. Si a estas les añadimos un sistema que permite visualizar imágenes en los cristales y una serie de sensores que permiten tomar valores y mediciones de la actividad natatoria, tenemos las Form Googles.
La imagen que se visualiza en los cristales no molesta en ningún momento -según afirman desde la empresa-, y las gafas mantienen un perfil hidrodinámico que se ajusta a la cara de la persona mediante cinco puentes nasales de distintos tamaños (todos ellos incluidos), con lo que permiten mejorar el sellado para que no entre agua gracias a un ajuste perfecto. Están preparadas para aguantar profundidades de hasta diez metros.
Con esta dotación, las Form Googles permiten a su usuario ver los tiempos parciales (es decir, lo que tarda en recorrer una piscina), visualizar el conteo de brazadas, la distancia recorrida, y ofrecer el cálculo de las calorías quemadas, disponiendo de batería para unas dieciséis horas de entreno.
Para su desarrollo, la empresa Form ha contado con la colaboración de varios entrenadores y nadadores de talla internacional, aunque no desvela los nombres de estos.
Una completa app en el smartphone
Pero si las gafas nos muestran las cifras del ejercicio que estamos haciendo, la app de nuestro smartphone (disponible para iPhone y terminales Android, a los cuales se conectan mediante Bluetooth) nos permite guardar un registro histórico de nuestra actividad y poder calcular medias.
Además, también nos permite decidir qué parámetros se mostrarán en nuestras gafas, con hasta una docena de métricas distintas entre las cuales elegir.
Para facilitar la interacción con plataformas de terceros, la Form Swim app permite sincronizar, de forma automática, los registros con aplicaciones tan populares como las de Strava, Garmin, TrainingPeaks y Health App.
Evidentemente, y como toda app que se precie en este sector, también aporta un factor de gamificación, permitiendo al usuario compartir sus estadísticas y seguir a otros usuarios, además de proporcionar la opción de mantener los datos privados.