El panorama mediático actual se va a encontrar más pronto que tarde ante una encrucijada crítica, según ha afirmado Wendy McMahon, CEO de la histórica cadena informativa estadounidense CBS News, que inaugurara sus emisiones radiofónicas en 1929, en el encuentro Axios BFD, celebrado recientemente en Nueva York. Y esta encrucijada va a venir de la mano de las fake news, alimentadas por las capacidades de la IA para generar contenidos que no son verdaderos.
Es algo que ya está pasando, pero que podría crecer todavía más en el futuro próximo debido al rápido desarrollo de herramientas de IA como Midjourney, Dall·E, o ChatGPT. Por ejemplo, y según la misma McMahon, en el contexto del reciente conflicto entre Israel y Hamás, la cadena de notícias que dirige examinó más de un millar de vídeos relacionados con la guerra, de los cuáles, sólo un 10% cumplió con los criterios para ser considerado utilizable en la construcción de las piezas informativas. Una mayoría de los motivos que llevaron a los periodistas de la CBS News a descalificar hasta un 90% de los vídeos fue que estaban relacionados con la desinformación para favorecer uno u otro bando en liza.
En Twitter hemos podido ver algún caso de vídeos realizados con el videojuego Arma 3, que se han publicado como si fuesen los crímenes cometidos por Hamás el sábado 7 de octubre en territorio israelí.
Ahondando en la materia, McMahon discutió la necesidad de una infraestructura robusta dentro de las redacciones para combatir la amenaza de la desinformación. Habló de la inversión de la emisora en capacidades de inteligencia artificial para mejorar la verificación de contenidos y en estrategias para contrarrestar la desinformación. Esta iniciativa no solamente es esencial para preservar la integridad y la credibilidad del periodismo que realizan, sino también para salvaguardar la confianza de los espectadores.
La CEO de CBS News también dejó claro que la proliferación de deepfakes y desinformación no es, a su parecer, una ola pasajera, sino una inundación inminente. Las redacciones, advierte, deberán enfrentarse a estos elementos disruptivos con una rapidez, escala y sofisticación asombrosas, y que esta situación exige el desarrollo de nuevos protocolos y fortalecer los estándares existentes.