La industria de los servicios de pago está experimentando una transformación sin precedentes impulsada por dos motores que avanzan en paralelo: la creciente aceptación de las nuevas tecnologías y los cambios en las expectativas de los consumidores. Esto ha llevado a una carrera en la adopción de nuevos métodos de pago, servicios y modelos de negocio para hacer frente a la creciente demanda.
Así se desprende de la investigación Paytech, reinventando las transacciones, supervisada por Enterprise Ireland, la agencia de exportación e innovación del gobierno de Irlanda y el segundo mayor inversor en fintech del mundo. Este informe demuestra que los bancos tradicionales apuestan cada vez más por la disrupción a la vez que los negocios tecnológicos moldean un ecosistema de pagos completamente diferente. El resultado es una proliferación de nuevas oportunidades que surgen a medida que los bancos, pieza clave del sector, se enfrentan (y al mismo tiempo abrazan) a los nuevos métodos de pago digitales.
La exigencia por parte de los clientes de una experiencia de pago mejorada es clara. De acuerdo con una encuesta, el 82% de los usuarios están descontentos con el servicio ofrecido por operadores y bancos en materia de transferencias. Aluden a problemas como la lentitud, la complejidad y la falta de transparencia asociada a las opciones de pago tradicionales. El dato coincide, además, con la perspectiva de un incremento del 10,9% en el volumen de transacciones alternativas al efectivo hasta 2020, lo que pone de manifiesto una tendencia clara de cambio y apuesta por soluciones innovadoras.
Debido al lento ritmo de la innovación a lo largo de los años, la banca tradicional es percibida como carente de la agilidad y capacidades necesarias para promover una transición más abierta, intuitiva y que aporte métodos más seguros de pago con tarjeta y de realizar transacciones internacionales y de una cuenta a otra. Por eso, de acuerdo con Raúl Marigorta, experto en fintech de Enterprise Ireland, la colaboración de los bancos con las compañías fintech es vital.
“En un mundo en el que los smartphones están en todas partes, los consumidores esperan soluciones de pagos universales y disponibles las 24 horas del día siete días a la semana a través de distintos canales. Las distintas opciones derivadas del paytech ofrecen soluciones para toda la industria que generan confianza para el consumidor y, a la vez, menores costes y mayor eficiencia operacional y regulatoria para los proveedores de pagos. De hecho, de acuerdo con el World Retail Banking Report (informe de la banca minorista mundial), un 91,3% de los bancos reconoce la necesidad de colaborar con empresas fintech si quieren seguir siendo relevantes. La industria paytech seguirá creciendo a medida que los principales actores involucrados sigan colaborando para crear soluciones únicas e innovadoras de cara a los consumidores”.
Con su fuerte clúster de compañías tanto autóctonas como multinacionales pertenecientes a la industria de los servicios de pago, Irlanda juega un papel protagonista en la transformación de la industria a nivel global facilitando todo tipo de opciones en todos los rincones del mundo.
Esto incluye casos como el de Transfermate, parte de Taxback Group, que se sirve de una red global de cuentas bancarias locales que facilitan los pagos internacionales multidivisa. Por su parte, Prepaid Financial Services (PFS), una alternativa a la banca tradicional, comercializa e-wallets o carteras digitales, tarjetas de pago tanto físicas como virtuales y cuentas IBAN en Reino Unido y toda la Eurozona.
Otro ejemplo de la innovación irlandesa en el sector paytech es el de MiFinity, que ofrece servicios relacionados con la emisión de dinero electrónico y está disponible en 120 países y 80 divisas. La plataforma de MiFinity está conectada a la red de todos los principales bancos internacionales y cuenta con una amplia gama de productos y servicios de cambio de divisas, seguros, viajes o juegos.
Haber inventado la tecnología necesaria confiere a Irlanda una fortaleza particular en cuestión de conversión dinámica de divisas a la hora de traducir el precio de las compras internacionales con tarjeta a la moneda habitual del usuario. Compañías irlandesas como Fexco, Monex y Continuum se encuentran entre los líderes mundiales de este tipo de servicios.
Estas nuevas soluciones no solo dan respuesta a las exigencias de los clientes de banco, sino que también resuelven los problemas de aquellos que no disponen de una cuenta bancaria. Uno de esos ejemplos es PiPiT, que ha desarrollado una plataforma online privada y segura de pagos digitales. Concretamente, permite que las personas que viven o trabajan en otros países distintos al suyo y no disponen de acceso a servicios bancarios habituales puedan enviar dinero y pagar facturas internacionalmente, con un bajo coste y de una forma segura. De esta forma, la compañía resuelve algunos de los desafíos actuales a los que la banca tradicional no da respuesta.
La investigación también subraya cómo algunos cambios regulatorios recientes como la directiva sobre servicios de pago PSD2 o el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) y su impacto en la industria pueden impulsar el uso de tecnologías como el machine learning, la inteligencia artificial, el big data o el blockchain.
El de los pagos es uno de los subsegmentos más disruptivos dentro de la industria de servicios financieros. A medida que el número de actores implicados aumenta, la colaboración y la innovación dentro del sector se erigen en factores clave para mantener su relevancia y competitividad. “Esto tiene mucho que ver con la experiencia y conocimiento procedentes de Irlanda, país internacionalmente reconocido como uno de los hubs más importantes del sector fintech”, añade Marigorta.
“La implementación de tecnologías avanzadas como el machine learning, la inteligencia artificial o el big data facilita la automatización y el análisis predictivo. Las aplicaciones basadas en estas capacidades aportan valor a muchas funciones. Los productos, servicios y modelos de negocio innovadores crean nuevas oportunidades de crecimiento e incrementan la agilidad de las empresas”, explica Adrian Drozd, director de investigación TIC de Frost & Sullivan y autor del estudio.