El gran poder infeccioso del Nuevo Coronavirus, junto a la escasez de material de protección personal (EPI) en los primeros momentos de la pandemia, ha llevado a que el personal sanitario, los profesionales de la salud, constituyan uno de los colectivos más afectados por la COVID-19.
Para facilitar una pronta detección de la enfermedad y, así, mejorar la efectividad del tratamiento, Oura ha iniciado dos experimentos que utilizan el anillo inteligente Oura Ring para la detección temprana de la COVID-19, permitiendo detectar la enfermedad antes incluso de que se manifiesten los primeros síntomas.
El Oura Ring es un anillo inteligente que dispone de varios sensores, como uno para la temperatura corporal, ritmo cardíaco, y variabilidad de este, además de contador de pasos realizados. Como un smartwatch, pero sin pantalla y sin apps. De hecho, los datos van a parar a una app instalada en nuestro smartphone.
El primero de los experimentos desarrollados con el Oura Ring ha sido realizado por la compañía que produce el anillo en colaboración con el Instituto de Neurociencia Rockefeller de la Universidad de Virginia Oeste, y se centra en los trabajadores de primera línea para poder llevar a cabo la detección temprana de la COVID-19 antes de que sus síntomas se presenten y puedan ser detectados a simple vista.
De esta forma, no sólo se actúa antes con la persona que ha enfermado, pudiendo incrementar sustancialmente las probabilidades de que salga con vida de la enfermedad (recordemos que la carga vírica a la que se enfrentan los trabajadores sanitarios suele ser superior a la de los contagios entre personas que no forman parte del sistema sanitario), sino que, además, también se aísla al paciente antes, limitando el número de contagios que este ocasiona.
El segundo experimento en el que participa Oura lo lleva a cabo la Universidad de California en San Francisco, y en este caso se dirige tanto al personal sanitario como a cualquier ciudadano, partiendo del mismo principio: la detección temprana de la COVID-19 antes de que se presenten los primeros síntomas, con las mismas ventajas que teníamos en el anterior caso.
Además, en este segundo experimento se prevé mantener la monitorización del paciente para ir descubriendo cómo evoluciona la enfermedad y, por lo tanto, cuando queda limpio de COVID-19.
A dicho experimento tendrán acceso, en su segunda fase, todos los poseedores de un anillo Oura.