En un nuevo episodio de la guerra que enfrenta a las operadoras de telecomunicaciones con las grandes empresas tecnológicas por los servicios de transferencia de datos que las primeras sirven a las segundas, los CEOs de las principales operadoras europeas han firmado un comunicado conjunto (que podemos leer aquí), emitido a través de la GSMA y dirigido a la Unión Europea, en el cual solicitan a esta organización supranacional un cambio legislativo con el objetivo de compartir los gastos de una infraestructura de redes en continua renovación.
El manifiesto empieza enumerando los cambios acelerados que el ámbito de las telecomunicaciones está viviendo para hacer frente a las crecientes demandas de mayor velocidad y más ancho de banda, con la mira puesta en el año 2030 en referencia al ‘Horizonte 2030’ fijado por la UE.
Los distintos CEOs que firman el comunicado ponen en valor la revolución que está ocurriendo en sectores como la salud, la educación y el transporte, y la importancia que ello tiene para situar a la UE en el mapa global, destacando que todo esto recae sobre las redes de comunicación de fibra e inalámbricas (concretamente, la 5G), para pasar seguidamente a hacer notar que el despliegue de estas infraestructuras está sujeto a varios problemas, que son, principalmente, dos: los financieros (que la misma UE estima en 174.000 millones de euros para la inversión en infraestructura de redes hasta 2030) y los regulatorios.
Además, también aducen que tecnologías pujantes como la realidad virtual, la inteligencia artificial, la IoT o la Industria 4.0, aportarán más innovaciones pero, a su vez, también tensionarán las redes de comunicaciones al generar mayor demanda.
El ‘meollo’ de la cuestión es la dificultad que las operadoras afirman estar teniendo para recuperar sus inversiones en infraestructura, mientras que el tráfico de datos ha ido aumentando entre un 20 y un 30 por ciento anual, lo que ha requerido nuevos desembolsos para hacer frente a la ampliación y modernización de las redes, los precios de comercialización de los servicios han ido bajando.
Y aquí es donde, directamente, las operadoras apuntan su dedo acusador, ya que aducen esta dinámica en gran medida a unas pocas empresas tecnológicas que, según los firmantes, generan la mayor parte del tráfico y, a partir de esta premisa hacen su llamamiento a las autoridades de la UE para que revisen el marco regulatorio comunitario en materia de telecomunicaciones con un enfoque en políticas de espectro, evitando la fragmentación del mercado y buscando contribuciones justas de las grandes tecnológicas para el uso que estas hacen de la infraestructura de red.
La propuesta emitida desde la GSMA sugiere una regulación que garantice una contribución equitativa de aquellas empresas que más se benefician de la infraestructura digital, abogando por una gestión más eficiente de los datos. Esta medida, dicen, no solo aliviaría la presión sobre las operadoras de redes, sino que también contribuiría a los objetivos de la UE en materia de consumo energético y reducción de emisiones de CO2.
Entre los firmantes de este manifiesto nos encontramos, por ejemplo, con José María Alvarez-Pallete (presidente y CEO de Telefónica), Christel Heydemann (CEO del Grupo Orange), Timotheus Höttges (CEO de Deutsche Telekom), Philip Jansen (presidente ejecutivo del Grupo BT), o Margherita Della Valle (CEO del Grupo Vodafone), hasta totalizar 21 firmas.
