Si algo tienen las aplicaciones para conseguir citas, eso es su escasez de profundidad a primera vista. Quienes buscan en dichas apps, realizan el famoso swipe (gesto de desplazar hacia derecha o izquierda según tenga interés en el perfil) basándose en unas cuantas fotos, una breve descripción, y unos pocos datos. Pero algunas personas o en algunas ocasiones, se necesita algo más de detalle de las personas con las que se quiere explorar la posibilidad de tener ‘algo más’.
Es por ello que, desde Estados Unidos, nos llega una nueva tendencia: los date-me docs, documentos de texto que se cuelgan en Internet, y que contienen información biográfica, sobre los gustos y hobbies de la persona, y de lo que busca, mucho más detallada de lo que tiene un perfil de app de citas.
El New York Times publica un excelente reportaje sobre esta práctica, con varios ejemplos de su uso como el de la ingeniera de software Connie Lee, quien tras acabar su última relación, quedó desencantada de lo que encontraba en las apps de citas, ya que allí solamente encontró hombres que buscaban algo temporal o informal, y ella estaba a la búsqueda de conocer hombres dispuestos a una relación duradera y más profunda.
Es por ello que, volviendo su vista atrás, a los primeros tiempos de la difusión pública de Internet a principios del presente siglo, y a los foros de discusión que la poblaban, decidió crear un completo documento en el cual explicaba quién es ella y qué busca.
Y sí, lo que obtuvo según declara ella misma al rotativo neoyorquino, fueron citas de “mejor calidad”, por lo menos para el objetivo que ella tenía en mente.
Pero ¿cómo se distribuyen estos perfiles una vez hechos? El soporte puede ser un documento compartido de un paquete ofimático en línea, como Google Docs u Office en la Web, pero su difusión debe realizarse a través de las redes sociales.
No es fácil -probablemente, ni posible- decir cuántos perfiles de este tipo se reparten en Internet, debido a que no existe una base de datos centralizada, a diferencia de las apps de citas, a las cuales les resulta fácil realizar un recuento de los perfiles que atesoran. Un compilador de date-me docs ha encontrado perfiles de residentes no solamente en ciudades estadounidenses como Chicago, Denver o Seattle, sinó también para ciudades repartidas por el resto del mundo como Londres o São Paulo.
Cómo confeccionar un date-me doc
Tiene que ser como un currículum vitae, pero no existe una estructura fija ni unas normas, habida cuenta de que es una práctica surgida ad-hoc, sin reglas ni organización.
En él, la persona interesada debe volcar una información básica sobre sí misma, así como una forma de contacto (para que puedan dirigirse quienes estén interesados en una cita), e información sobre sus cualidades, defectos, hobbies y pasiones.
No obstante, repito que tanto la estructura como los contenidos son de total libre disposición por parte de la persona que redacta el documento.