La invasión rusa de Ucrania no ha sido la primera guerra moderna en la cual el uso de drones ha marcado en mayor o menor medida el desarrollo del conflicto, y como ejemplos tenemos la guerra civil en Yemen (donde los proxies iraníes que luchan contra la coalición liderada por Arabia Saudí, han intentado equilibrara la balanza con el uso de drones persas), y la guerra armenio-azerí de 2020, en la que los drones azeríes fueron decisivos para otorgar la victoria al país túrquico, frente a una doctrina anticuada de los armenios.
Pero en el conflicto que se libra en tierras europeas difiere tanto por su intensidad, como por su duración, como por las capacidades, apoyos y tamaños de las fuerzas enfrentadas, los usos y las estrategias empleados con los drones y contra ellos, difiere. Y al ser una herramienta tan nueva en un campo de batalla, todavía se ensayan soluciones en uno u otro sentido.
Por ejemplo, tanto las tropas ucranianas como las rusas, han sacado el polvo a viejas ametralladoras soviéticas incluso de la época de la Segunda Guerra Mundial, ya que utilizar misiles para eliminar a los drones es, casi literalmente, como intentar matar moscas a cañonazos; en primer lugar porque los drones son objetos demasiado pequeños y lentos y, después, porque utilizar un misil de varios millones de dólares para borrar de la faz de la tierra un aparato que puede costar apenas unos cientos o miles, no sale muy a cuenta.
Si nos vamos ahora a la otra punta del mundo, a la Zona Desmilitarizada que separa las dos Coreas, nos encontramos con una intrusión de drones norcoreanos que no pudo ser detenida por las fuerzas surcoreanas, pese a que estas enviaron aviones impulsados con motor de pistón y helicópteros de ataque.
El personal militar no estaba preparado para enfrentarse a los drones, y el resultado de ello fue que no pudieron derribar a ninguno de los cinco que entraron en su espacio aéreo pese a haberles disparado hasta 100 proyectiles de ametralladora.
Ante tal violación de su espacio aéreo (los medios surcoreanos explican que uno de los drones llegó hasta Seúl), el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, ha urgido a sus fuerzas armadas la creación de una unidad especializada en drones, un proyecto que ya estaba sobre la mesa, pero en el que todavía no se había empezado a trabajar.