La brecha digital consiste en la dificultad en el acceso a las herramientas tecnológicas y la red Internet por parte de las personas con un menor poder adquisitivo o las comunidades más desfavorecidas económica y socialmente.
Es un concepto importante, ya que actualmente la tecnología y, sobretodo, el acceso a la red de redes, proporcionan una serie de oportunidades que facilitan la creación de negocios, el enseñamiento, y el acceso a recursos de todo tipo.
Por lo tanto, en un continente tan castigado por el saqueo colonial y los conflictos armados como es el africano, este acceso a las tecnologías es sumamente importante y, sin embargo, los internautas africanos son los que pagan un precio más alto por su acceso a la gran autopista de la información que supone Internet.
Obviamente, este alto precio debe leerse en relación a sus ingresos y su poder adquisitivo; no es lo mismo un salario de 600 € mensuales en España, por ejemplo, que en Suiza o en Nigeria. Mientras que aquí a duras penas se puede subsistir, en el país alpino no llega ni para eso, pero en cambio en Nigeria nos permitiría a la mayoría vivir cómodamente , ya que la renta per cápita es de unos 6.000 dólares anuales (en España es de unos 41.000, y en Suiza de unos 64.000).
Según el estudio Affordability Report de la A4AI (Alliance For Affordable Internet) los internautas de los países africanos son los que, de media, pagan los precios más altos del mundo por su acceso a la red de redes a través de sus teléfonos móviles. Dicho estudio ha analizado las tarifas existentes en 136 países con rentas por cápita bajas y medias.
El criterio de la A4AI para definir que la conexión a Internet en movilidad es asequible, es que el Gigabyte de datos no pase del 2% del salario total mensual del usuario. Cada uno de nosotros puede echar sus cuentas según lo que cobre y lo que pague por su bono de datos.
La media del precio del Giga en los países del continente africano es del 7,12%, mientras que en algunos casos puntuales, puede llegar a suponer la friolera de un 20% (sí, una quinta parte del salario medio mensual).
Entre los países en los que encontramos esta última situación tenemos la República Democrática del Congo, el Chad, o la República Centroafricana, mientras que si vamos por la banda baja nos encontramos con que en la República de Mauricio, 1 GB de datos móviles cuesta el 0,59% del sueldo mensual, y en Egipto el 0,5%, siendo estas las naciones africanas con un acceso a Internet en movilidad más accesible a la ciudadanía, valga la redundancia.
Como podemos ver, un coste excesivo que explica la enorme brecha digital existente en el continente africano respecto al resto del mundo. Y es que allí, y con unas redes eléctricas precarias, que no llegan a todas partes, y que prácticamente imposibilitan que haya ordenadores instalados, el teléfono móvil y el smartphone se han convertido en herramientas de uso primario por los ciudadanos.
Por ejemplo, los sistemas de pago mediante el móvil son más populares incluso que las tarjetas de crédito, aunque hay lugares en los que para cargar el teléfono se necesita recorrer varios kilómetros y hacer largas colas.
Unos mercados de crecimiento lento y los frecuentes monopolios son las principales causas de este sobrecoste en la conectividad a Internet en movilidad en los países del continente africano. La fórmula para solucionar el problema es, pues, simple: abrir los mercados para que haya mayor competencia.