La industria del libro es un mundo del todo incierto. El fenómeno digital ha llegado a las editoriales y el siguiente paso a dar es tan trémulo como los que daba Indiana Jones en sus películas de templos añejos. Mientras los debates son eternos y las posibilidades infinitas, algunas empresas han decidido no esperar demasiado y avanzarse a su época. Es el caso del grupo editorial Océano (dedicado mayoritariamente al mundo de la literatura de enseñanza y educativa) dirigida por Josep Lluís Monreal. La compañía vende sus productos en formato digital y ya ha concertado su expansión por el mercado de los Estados Unidos mediante la filial controlada en un 60 por ciento por Océano, Digital Text.
Con esto nos metemos de lleno en el debate de los contenidos digitales para libro. Vemos que empresas como la ya citada se benefician por el desarrollo de un producto hasta ahora inexistente en el mercado. Cierto es que en el caso de la educación parece que no existen tantas trabas en el momento de la digitalización.
¿Cuál es el modelo a seguir? Muchos abogan por la total liberalización del mercado de los libros digitales. El sistema es sencillo. Que cada uno cuelgue los libros en la red y que los usuarios se descarguen a bajo coste o coste nulo el producto. La opción B y de momento la predominante en el sector editorial pretende llevar a cabo un proteccionismo excesivo que supone equiparar prácticamente los precios del libro en formato papel con los realizados en formato virtual.
Cualquier opción debidamente argumentada parece lógica. De todos modos al final y como siempre será el mercado quien decidirá.