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Los sensores se extienden al interior del automóvil

Escrito por Guillem Alsina el 03/01/2023 a las 15:36:22
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El sitio web Electronic Design publicaba, a principios de este mes, un interesante artículo sobre el uso de sensores en vehículos, una de las principales conclusiones del cual es que si bien los fabricantes empezaron incorporando sensores que captan lo que pasa en el exterior del vehículo (como radares LiDAR para la detección de objetos, o cámaras de infrarrojos para visión nocturna), estos están pasando al interior para detectar condiciones del conductor y los pasajeros que también puedan afectar a la seguridad de todos los ocupantes, y para mejorar la usabilidad del propio vehículo.


Entre los ejemplos de uso de sensorización en el interior del vehículo que presenta la publicación, encontramos los airbags inteligentes, que gracias a los sensores instalados en los asientos delanteros, pueden conocer el peso y la altura de los dos ocupantes, y calibrar su configuración acorde con ello, hinchando el airbag de forma distinta según la envergadura del ocupante del asiento e, incluso, no desplegándose si no hay ocupante.


La monitorización del conductor, procesando los datos captados por cámaras y otros sensores a través de un sistema de inteligencia artificial, pueden ayudar al vehículo a determinar si el conductor se encuentra efectivamente en estado de conducir, o bien si está demasiado cansado, ebrio, o está a punto de sufrir un ataque de algún tipo, con lo que el vehículo es capaz de parar e, incluso, de disparar un aviso a los servicios de emergencias.


O una serie de sensores que detecten la presencia en el interior del vehículo, ya sea esta humana o animal, pueden dar cuenta del peligro de la sobreexposición a la luz solar, y lanzar un aviso en caso necesario (por ejemplo, si la temperatura pasa de un determinado punto).


Si bien estas aplicaciones son prácticas y ayudan a mejorar la seguridad de todos, la inclusión de sensores en el interior de los vehículos también tiene su lado oscuro y polémico, como qué se hace con los datos, quién y cómo los almacena, y su posterior tratamiento y cesión a terceras partes.


Además, estos sensores son hackeables, y lo que pueda hacer un ciberdelincuente con los datos es preocupante, especialmente en el caso del vídeo procedente de las cámaras, ya que graban directamente a los ocupantes.