¿Se acuerdan de la prohibición que el gobierno de los Estados Unidos impuso a sus empresas para hacer negocios con Huawei? Sí, efectivamente, a mi también me cuesta acordarme de ella porque, de hecho, hasta ahora no ha entrado nunca en vigor, y eso que ya hace medio año que Trump anunció sanciones a la principal suministradora de infraestructura de comunicaciones 5G para todo el mundo.
El motivo de dichas sanciones y de querer prohibir a las tecnológicas norteamericanas hacer negocios con la multinacional china era el supuesto espionaje o potencial para espiar sobre las comunicaciones telefónicas que pasan a través de su infraestructura que tendría Huawei.
Los consumidores también estuvieron a punto de verse afectados por estas sanciones, puesto que Google anunció en su momento que no trabajaría ya con Huawei para actualizar Android ni proporcionar a dicha compañía acceso a la Play Store o el resto de sus servicios, algo a lo que la marca china respondió anunciando su propia plataforma software, llamada Hongmeng, y válida tanto para terminales de telefonía, como ordenadores o dispositivos de la IoT.
Pero desde que un colérico -como ya es habitual en él- Donald Trump anunciara las sanciones en mayo, nada ha sucedido: Huawei sigue haciendo negocios con las compañías occidentales, incluyendo las norteamericanas, y vendiendo sus productos en occidente al igual que en China sin muchos problemas más que los ocasionados por los clientes que se hayan podido asustar por la decisión norteamericana, y las operadoras que hayan finalmente optado por utilizar la infraestructura 5G de algún competidor, como la sueca Ericsson o la finlandesa Nokia.
La no entrada en vigor de las sanciones anunciadas por Trump se debe al otorgamiento de prórrogas de 90 días, de la cual se anunció hace poco otra, que pasó ya mucho más inadvertida que la primera, al no ocupar la disputa entre los EEUU y Huawei los titulares de los medios.
¿Podría haberse quedado todo este asunto en una nueva ‘rabieta’ de Donald Trump? Puede ser, pero el hecho de que a Huawei se le concedan sólo prórrogas significa que la espada de Damocles sigue pendiendo encima de la cabeza de la multinacional china.
En cualquier caso, y desde el 18 de noviembre, Huawei disfruta de un nuevo periodo de tres meses en el cual puede seguir licenciando tecnologías a compañías norteamericanas.
Según indican desde Al Arabiya, los motivos de la nueva prórroga podrían encontrarse en el uso que los proveedores de servicios de conectividad dan al mundo rural norteamericano, y que podrían verse cortados de golpe si estos proveedores tuvieran que dejar de utilizar la infraestructura de Huawei.
El daño que esto puede hacer a medio y largo plazo a la economía norteamericana también podría ser otro motivo; en 90 días se pueden decidir muchas cosas e, incluso, es posible que Trump cambie de opinión. Decisiones más radicales del presidente norteamericano más polémica se han visto en los últimos meses.
