La llamada Generación Z (nacidos desde mediados/finales de la década de 1990, hasta mediados/finales de los 2000) es una de las más acostumbradas a mostrar buena parte de su vida online, y este comportamiento ha llevado a un nuevo desafío para las empresas, puesto que hay trabajadores, pertenecientes sobretodo a dicha generación, que están colgando vídeos de sus despidos en Internet, a través de plataformas como TikTok o LinkedIn.
Es una tendencia que se está dando especialmente en los Estados Unidos bajo la influencia de la llamada “gran renuncia”, pero que ya ha llegado de alguna manera a Europa, y que puede afectar negativamente a la reputación de las empresas, independientemente de que el despido sea justificado o no.
Este cambio cultural obliga a los departamentos de recursos humanos a reconsiderar sus enfoques y estrategias; según Vivofácil (desde 1999 hasta 2023, conocida como Alares), empresa española de servicios privados de asistencia personal a domicilio, esta tendencia puede atribuirse a deficiencias en las políticas de diversidad generacional y a la falta de programas centrados en el bienestar emocional en las empresas.
En España, el caso del conocido rapero C. Tangana es un ejemplo de cómo las experiencias negativas en el trabajo pueden resonar y afectar la reputación de una empresa. En una entrevista con el periodista Jordi Évole, el cantante criticó abiertamente a su antiguo empleador -una conocida cadena de restauración- por malas prácticas laborales (deuda de 600 euros hacia el cantante incluída, según afirma este), lo que desató una considerable reacción en redes sociales, perjudicando la imagen de la cadena de restaurantes entre una parte de los internautas.
La encuesta anual Edelman Trust Barometer 2024 indica que el empleador es una de las instituciones en las que más se confía a nivel global, con un 79% de confianza. Esto subraya las altas expectativas que tienen las personas sobre las empresas para las que trabajan, no sólo en términos de gestión de negocios sino también en la manera de manejar cambios socioculturales.
Frente a este escenario, Vivofácil afirma que las empresas deben actuar, promoviendo una cultura de transparencia y respeto, mejorando la comunicación interna y ofreciendo apoyo emocional a sus trabajadores. Así mismo, es fundamental que la desvinculación de los empleados se maneje con dignidad, reflejando los valores y la cultura corporativa.
Además, la diversidad generacional debe ser un componente esencial en las políticas de recursos humanos; implementar formaciones y programas que fomenten este tipo de diversidad es clave para un ambiente laboral saludable y productivo. Los programas de bienestar deben abarcar no sólo el apoyo psicológico y médico, sino también el soporte para las familias de los empleados, contribuyendo a un entorno más acogedor y empático.
Finalmente, los esfuerzos de las empresas deben reflejarse consistentemente tanto en su imagen interna como externa. Según Vivofácil, la marca empleadora es vital no solo para atraer sino para retener talento, y debe ser un elemento central en cualquier estrategia de comunicación corporativa. La congruencia entre la realidad interna y la imagen externa de la empresa es esencial para mantener la credibilidad y fortalecer la relación con los empleados y el público en general.