Pronto, los vecinos de determinadas ciudades de los Estados Unidos podrán ver pasar ante sus casas un extraño vehículo, más pequeño de lo habitual, y sin nadie que lo guíe, sin ventanas, ni asientos para pasajeros.
Se trata del Nuro R2. Con un nombre tan sugerentemente ‘galáctico’ (es de suponer que el R2 es un guiño al célebre robot R2-D2 de la saga Star Wars) se denomina a un vehículo de transporte de mercancías de la compañía Nuro que, de forma autónoma, está preparado para distribuir las compras realizadas a los domicilios de los clientes de las tiendas.
Este pequeño vehículo ha sido el primero en recibir el permiso excepcional para circular, de forma totalmente autónoma por las calles norteamericanas. Permiso concedido por el Departamento de Transporte, y la Administración Nacional de Seguridad en el Tráfico por Autopista (DOT y NHTSA por sus respectivas siglas en inglés).
Esta excepción a la regla que permite la presencia en las calles sólo a vehículos con conductor humano y, como máximo, a vehículos que dispongan de ayudas a la conducción pero que todavía requieran el concurso de un conductor humano, es la primera de su clase.
El R2 ha sido pensado por Nuro para cubrir lo que los norteamericanos denominan “la última milla”, y que viene a corresponder a la distancia entre la tienda a la que se realiza la compra, y el domicilio del cliente. O bien entre el almacén logístico de la compañía vendedora que se encuentre más cerca, y el domicilio del cliente.
Entre la carga que puede llevar el Nuro R2, también encontramos la comida caliente de tiendas y restaurantes locales. Un nuevo aliado para Uber Eats y otras compañías similares, y nueva competencia para los ‘riders’.
De tamaño considerablemente menor que un coche y alimentado por baterías mediante electricidad, el Nuro R2 ha sido diseñado para operar a una velocidad máxima de 25 millas por hora (40 km/h), considerada de seguridad para detectar a tiempo toda suerte de objetos, otros vehículos y peatones.
Además de presentar un volumen más pequeño que los vehículos destinados al transporte de personas, es notablemente más estrecho, lo que le da una mayor capacidad de escape ante la posible embestida de otro vehículo cuyo conductor cambie de cariil de forma incorrecta y sin previo aviso.
Como que no tiene que proteger a ningún pasajero (se supone que, en caso de accidente, su carga es lo de menos ante la seguridad de los transeúntes), su parte frontal ha sido diseñada para garantizar la seguridad de una persona contra la cual pueda chocar: de formas redondas para que el accidentado se deslice sobre ellas, y de un material menos duro que las carrocerías de los coches, para evitar grandes daños.
Pese que en Nuro han diseñado el vehículo para que sea todo lo seguro posible, están persuadidos que, algún día -sin comerlo ni beberlo, y seguramente por culpa de algún humano que ha roto las reglas de circulación-, se verán involucrados en un accidente.
Para entonces, la última arma de protección que tienen es la primera ley de la robótica de Asimov; y es que el Nuro R2 optará por destruirse, de forma consciente, antes de llegar a hacer daño a una persona.
Según informa la NBC News, el primer despliegue de este vehículo autoconducido tendrá lugar en Houston para marcas como Domino’s Pizza y Walmart.
En el mismo artículo se explican las restricciones que afrontará este primer despliegue: deberá operar por rutas pre-establecidas (fácil cumplir cuando el cliente indica su morada), y todos los vehículos estarán monitorizados y permitirán que un operador remoto tome su control en caso de que así sea necesario.