OBSBOT Tiny 4K, una cámara PTZ inteligente como webcam

Las cámaras PTZ son aquellas que disponen de la capacidad de mover su objetivo desplazando la escena enfocada por todo el entorno, y de hacer zoom, entre otras. Una webcam normal, difícilmente dispone de estas características, y menos todavía automatizadas.

Por eso, la OBSBOT Tiny 4K es muy interesante, porque además de presentarse en un formato PTZ miniaturizado, dispone de una serie de funcionalidades de inteligencia artificial que le permiten interpretar gestos del usuario, realizar un seguimiento de este, y llevar a cabo un zoom sin que tengamos que tocar ni la cámara, ni su software de configuración.

Idónea para impartir webinars en los cuales el orador se mueva por un espacio para interactuar con otros elementos, como pantallas y pizarras, esta cámara nos permite llevar una parte de la funcionalidad de un estudio de televisión a nuestro hogar.

Presentación

Cuando recibimos el paquete, este contiene una caja de cartón cuyos laterales son blancos con la parte superior e inferior rojas, y una imagen del producto en su parte frontal. En la posterior hallamos la descripción en inglés y chino de lo que es esta cámara.

Dentro de este primer envoltorio, encontramos otra caja interior que contiene la cámara y, al abrirla, vemos en primer lugar con una caja de cartón ligero que contiene el manual de instrucciones.

Este documento se encuentra en inglés, chino, japonés, francés, pero no en español en su versión en papel, algo que sí podemos encontrar -junto a otros idiomas como el italiano o el polaco- en el sitio web de OBSBOT.

La cámara, junto a otros elementos que ahora pasaré a listar, vienen resguardadas en el interior de una caja de transporte sólida y resistente. A su lado encontramos la base magnética que nos permitirá ubicarla sobre un monitor, mientras que en la parte interior de la tapa de esta caja de transporte tenemos un espacio para el cableado: un USB-C a USB-C, y un USB-A a un terminal de carga. También disponemos de un conversor de USB-C a USB-A, por si hay que conectarlo a un ordenador con este tipo de puerto, sin pérdida de rendimiento por lo que respecta a la cámara.

Diseño

La base, de cierto peso para fijar la cámara a la superficie en la que la ubiquemos, contiene dos micrófonos separados unos 60 grados entre ellos (a los lados del logo de la marca fabricante) y, sobre esta, tenemos una parte rotatoria de la que emerge un brazo que sostiene la cámara.

Si queremos ubicarla en la parte superior de un un monitor, contamos con un soporte con base magnética y, en su parte inferior, tenemos una rosca estándar para ubicarla sobre un trípode.

Este formato nos permite moverla con total libertad; por ejemplo, y desde el programa de control (del que hablaré más adelante) podemos girarla sobre sí misma en 360 grados. Y en la parte fija de la base podemos apreciar tres indicadores LED, que pueden mostrarse en verde, amarillo o rojo.

Este último color indica fallos y errores, mientras que el verde indica un buen funcionamiento, y el amarillo, que la cámara funciona bien pero se ha perdido el objetivo. En el caso del LED verde, tenemos dos posibles estados: solo el LED del medio, objetivo no fijado (y con objetivo, quiero decir la cara o el cuerpo de una persona), los tres LEDs verdes activados, objetivo fijado.

Configuración

El software de control se encuentra disponible para macOS y Windows. Si utilizamos Linux u otro sistema, la cámara mantiene las últimas configuraciones, las ‘recuerda’, pero no seremos capaces de alterar ninguna de estas, ya que debemos hacerlo desde la app.

Igualmente, tampoco existe app para Android, por lo que nos resultará complicado utilizarla con un smartphone, no imposible, pero necesitaremos de aplicaciones de terceras partes que nos aportarán poca o ninguna funcionalidad, por lo que es algo que yo, particularmente, descartaría.

Pero insisto: al configurar la cámara desde una plataforma Windows o macOS, los cambios quedarán grabados en su memoria, por lo que podremos pasar a enchufarla a una máquina con otro sistema operativo (yo lo he hecho con GNU/Linux), y funcionará como la dejamos.

Software

Y ya que ahora mismo hablábamos de la configuración a través de su aplicación, repasemos las funcionalidades que esta nos ofrece que son, hay que decirlo y remarcarlo, muy completas, simples y potentes.

Esta aplicación de control, que podemos descargar desde el sitio web de la compañía fabricante, se encuentra disponible -como antes hemos indicado- para las plataformas Microsoft Windows y Apple macOS, y podemos configurarla en idiomas inglés, alemán, chino, japonés y coreano.

El equilibrio que OBSBOT ha conseguido entre la funcionalidad y la sencillez es remarcable, y para ello ha dividido la aplicación en un panel principal con una serie de opciones muy comunes, y un desplegable con el resto de opciones.

En la pantalla principal empezamos viendo un indicador de cámara conectada. Esto es debido a que, desde la misma aplicación, podemos gestionar hasta cuatro cámaras en total, seleccionándolas aquí o bien a través de un atajo de teclado -por cierto, que todas las funcionalidades se encuentran accesibles mediante atajos de teclado-.

Ello convierte a este software en casi un control-estudio de emisión para eventos online, y digo casi porque le falta todo el apartado de previsualización, efectos, y streaming. Una verdadera lástima, porque el potencial que tiene es palpable, y OBSBOT podría plantearse hacer la competencia a software como OBS Studio, o incluso lanzar un plug-in para este.

También desde esta pantalla inicial y principal podremos activar la funcionalidad de seguimiento automático mediante inteligencia artificial y desactivarlo, ajustar el zoom, poner a ‘dormir’ la cámara y reactivarla, resetear el gimbal, y moverla libremente con un joystick virtual. Este último, por cierto, puede costar de dominar... o es que yo soy un poco patoso, claro.

Un aspecto del zoom que quiero poner de relieve es su control altamente granular: mediante la barra de desplazamiento, podemos seleccionar exactamente cuánto queremos ampliar, con valores que saltan en centésimas, como 1,36X, o 3,71X, por ejemplo. El hecho de que sea mediante una barra de desplazamiento nos facilitará el acercarnos en la medida que queramos a una imagen.

Finalmente, tenemos una interesante funcionalidad para la realización de streamings en los que debamos enfocar a más de una persona: su capacidad de configurar posiciones predefinidas de cámara.

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Esto significa que posicionamos la cámara, por ejemplo, enfocando a uno de los ponentes, y memorizamos su posición solamente pulsando un botón en la interfaz de la app. Posteriormente, y además de eliminar esta posición de cámara, también le podremos cambiar el nombre para identificar cada posición rápidamente.

En la parte superior izquierda encontramos dos iconos, siendo el de más abajo (que se presenta en forma de rueda dentada) el que nos lleva a las demás funcionalidades. Entre estas contamos con la activación/desactivación de los controles gestuales, de los cuales tenemos de dos tipos: el autoreconocimiento de la persona a seguir que realizaremos alzando una mano como si saludáramos, y el control de zoom que hacemos con dos dedos. Para este último también podremos especificar el factor de zoom a aplicar entre 1 y 4, de la misma forma granular que hemos visto anteriormente.

En el modo de seguimiento tenemos tres posibles opciones: el estándar, que sigue aproximadamente el rostro, el headroom, que busca mantener la cabeza siempre enfocada en el centro de la imagen, y el motion, que busca seguir en todo momento la persona moviéndose.

También podemos configurar la frecuencia anti-parpadeo, con valores a 50 o 60 Hz, o sin esta, activar o desactivar el HDR, activar o desactivar el autoenfoque (en el caso de desactivarlo, podremos indicarlo manualmente), activar/desactivar los atajos de teclado, o activar el control remoto. Este último es el mando a distancia oficial de OBSBOT para sus cámaras, que se adquiere por separado.

Calidad del vídeo

Me ha gustado mucho, se ve muy claro y definido. He tenido la oportunidad de probar esta cámara en varias videoconferencias y, en todas ellas, he aprovechado la ocasión para preguntar a mis interlocutores sobre la calidad del vídeo, y una aplastante mayoría ha indicado que mejor que con las demás cámaras que, hasta ahora, había venido utilizando.

La funcionalidad HDR debe utilizarse con moderación; uno podría estar tentado a dejarla activada permanentemente, pero eso, en condiciones idóneas de iluminación, sólo ‘quema’ la imagen. Debemos utilizarla solamente en condiciones en las que la luz se proyecte de forma parcial, dejando áreas sombreadas y áreas iluminadas en el plano a mostrar. Entonces, activar el HDR tendrá sentido.

Calidad del audio

Es lo único que, en mi experiencia, no ha estado a la altura del resto del hardware y el software de la cámara. Los dos micros incorporados dan un resultado suficientemente nítido de la voz, pero lo que falla es el volumen: a la que te alejas un poco de la cámara, pongamos unos tres metros, el audio deja de escucharse bien, se oye muy bajo.

Mi recomendación es que, siempre que sea posible, optemos por una fuente de entrada de audio secundaria dedicada, es decir, un buen micrófono, que deberemos conectar directamente al ordenador con el que estemos trabajando, puesto que la Tiny 4K no dispone de entrada de micro externo.

Funcionalidades de inteligencia artificial

Entramos en el apartado que conforma la pièce de résistance de la cámara: el control gestual inteligente.

La inteligencia artificial integrada en la OBSBOT Tiny 4K permite reconocer rostros y personas (recordemos que posee un modo de seguimiento de cuerpo entero), además de gestos para activar y desactivar dicho reconocimiento. Además, lo hace de una forma bastante ágil (no digo que sin errores, pero estos son escasos) y ejecución rápida.

Respecto al control gestual, trabajamos con dos parámetros: el seguimiento, que activaremos/desactivaremos mostrando la palma de la mano como si saludáramos (da igual qué mano, si la izquierda o la derecha), y el zoom, que activaremos formando una L con los dedos índice y pulgar.

Si en un momento dado no nos reconoce algún gesto (cosa que en las pruebas me ha pasado poco, y de los dos, más con el de zoom), simplemente esperaremos dos-tres segundos y volveremos a hacerlo. Vía software podemos configurar que no reconozca estos gestos, no sea que durante una videoconferencia los hagamos sin querer que signifiquen nada para la cámara, y activemos o desactivemos lo que no queríamos tocar.

En el apartado de Zoom, el único defecto que le puedo achacar es que el gesto en L con los dedos lleva alternativamente el zoom al mínimo o al punto definido mediante la app, no hay ningún punto medio, ni la posibilidad de ampliar paulatinamente hasta dejar de hacer la señal con el dedo y que se quede ahí. Es todo o nada.

Como he mencionado antes el seguimiento de la persona ofrece tres modos (estándar, headroom, y motion). Los tres ofrecen un resultado excelente observando sus diferencias; mientras que para videoconferencias en las que estemos en un punto estático y no nos movamos de él (por ejemplo, sentados en una silla delante de la cámara), podemos desactivar la funcionalidad de seguimiento, o bien tener uno de los modos estándar o headroom activado, mientras que si nos debemos mover por un escenario o espacio, o bien estaremos frente a una pantalla o pizarra para una presentación, el modo de nuestra elección será sin lugar a dudas el motion.

Si alguien se pregunta si la cámara es capaz de seguir nuestras evoluciones, la respuesta es un sí rotundo; en primer lugar, porque no estamos hablando de filmar una carrera de 100 metros en las olimpiadas, por lo que un ponente en un evento online se moverá a una velocidad normal. Y, en segundo, porque la cámara es suficientemente rápida para seguirnos a un buen ritmo.

Accesorios

En la tienda online podremos encontrar algunos dispositivos de acompañamiento para esta cámara que mejoran sus funcionalidades, tales como un mando a distancia para controlar el movimiento de la cámara (compatible con ordenadores Windows y macOS, ya que lleva un dongle USB y lo reconoce el software de la cámara), un cable USB-A a USB-C con switch para cortar la corriente que la dota de mayor privacidad, y un micro de ambiente de tipo sala de videoconferencias, que se conecta también al ordenador mediante un jack de 3,5 mm.

Estos accesorios no vienen incluidos en el paquete de la cámara, aunque podemos comprarlos cuando adquiramos la Tiny 4K. Esta, por cierto, tiene un coste de entre 244 y 270 euros dependiendo de a qué tienda online acudamos. También la tenemos en Amazon.