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Ordenadores que ven... y tocan

Escrito por Guillem Alsina el 02/08/2020 a las 20:44:45
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Algún día, los robots podrán sentir. No me refiero a que tengan emociones (que, por no descartar, no debe ser descartado), si no a que puedan utilizar sentidos como el tacto. Y dicha visión queda reforzada por el reciente trabajo de dos investigadores singapurenses.


Miembros de la Universidad Nacional de Singapur y de la Comunidad de Investigación Neuromórfica de Intel (INRC), han trabajado en un sistema inteligente que, además de utilizar la visión por computadora, emplea también el tacto y un sistema de procesamiento neuromórfico que imita las estructuras neurobiológicas que hallamos en el sistema nervioso humano.


Esto es importante porque el sentido del tacto que han desarrollado estos investigadores, reacciona mucho más rápidamente que el humano, permitiendo diferenciar entre superficies distintas con mucha mayor velocidad.


Los sistemas robóticos que trabajan utilizando solamente la visión por computadora para diferenciar superfícies, son notablemente más lentos al tener que barajar un mayor número de datos y recurrir a algoritmos más complicados.


Este desarrollo, además, se combina también con el desarrollo de una piel artificial por parte del mismo equipo.


Un robot dotado de esta piel podría ‘sentir’ lo que agarra, dando lugar a nuevos casos de uso; por ejemplo, al distinguir entre materiales, podría trabajar con materiales tanto delicados como robustos, pues al diferenciar rápidamente su naturaleza, sería capaz de discriminar la fuerza a aplicar en cada caso.


Los robots que deban trabajar con personas (por ejemplo, al cuidado de ancianos) también podrían tener claras sus limitaciones al tocar o agarrar partes del cuerpo para, por ejemplo, realizar rehabilitaciones musculares o mover a una persona postrada en una cama.


La aplicación que desarrolló el equipo de investigadores para probar esta piel artificial fue un lector de código braille, que actúa como la mano de una persona: pasando por encima del texto para notar las protuberancias y poder traducir rápidamente lo escrito.





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