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Primeras aplicaciones de las casas impresas en 3D

Escrito por Guillem Alsina el 07/01/2020 a las 18:35:36
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Que la impresión 3D se está haciendo, poco a poco, un hueco en nuestro día a día y que a estas alturas ya se realizan trabajos realmente productivos con estas, más allá del puro hobbie, lo demuestra por ejemplo que el ejército del aire estadounidense ha empezado a producir piezas de recambio para su caza F-22 Raptor con dicha tecnología.


La empresa tejana ICON, con base en Austin, se dedica a una finalidad diametralmente opuesta a la de destruir cosas que podría tener un F-22, ya que su misión es construir casas... impresas en 3D.


Para ello, desarrolla el sistema de impresión, y en marzo de este mismo año lanzó al mercado su nueva impresora Vulcan II para el sector de la construcción. Precisamente, en su Austin natal es donde, en marzo de 2018, imprimió la primera casa que había logrado todos los permisos para ser habitable, la Chicon House, convirtiendo por lo tanto el sueño de poder imprimir casas, en una realidad.


Hace unos meses, ICON se asociaba con New Story, una entidad sin ánimo de lucro que ayuda a las personas desplazadas y migrantes, para desarrollar comunidades residenciales para dichas personas, basadas en la impresión de casas en 3D.


La primera de estas comunidades ya es una realidad gracias a la colaboración de ambas entidades con la compañía social Échale, y se encuentra en la localidad mexicana de Tabasco, acogiendo a unas 400 personas con unos ingresos familiares (con una media de cuatro miembros por familia) inferiores a los 200 dólares mensuales.


Estas familias, además, han estado tomando parte activa en el desarrollo de su comunidad, ya que antes de empezar a construir cada una de sus casas, han podido opinar sobre el diseño de la vivienda sobre plano.


En muchos casos, estas familias habían vivido hasta ahora en poco más que chabolas mal construidas con madera y barro. El uso de la tecnología de impresión 3D les ha permitido disponer de una nueva residencia, esta ya ofreciendo una habitabilidad muy digna, y cuyo proceso de impresión apenas ha tardado 24 o 48 horas.


El futuro de la impresión 3D de casas podría verse en viviendas temporales para, por ejemplo, personas refugiadas desplazadas por desastres naturales o por conflictos bélicos, en segundas residencias, en comunidades que requieran de domicilios baratos, o en edificaciones que deban servir a un propósito, como casetas de vigilantes, o pequeños almacenes para, por ejemplo, herramientas del campo.