“Lo bueno, si breve, dos veces bueno” bien podría ser la máxima de Quibi, un nuevo servicio de streaming de vídeo que hace un mes se lanzó en los Estados Unidos.
“Uno más” podríamos pensar, que viene a sumarse a un mercado sobresaturado: que si Netflix, que si Amazon Prime, Apple TV, Disney+, HBO,... todos con sus exclusivas, pero que no dejan de ser contenidos. Pero no, Quibi no busca siquiera un espectro de público determinado, sino que busca el consumo de sus contenidos en determinados momentos y a través un determinado dispositivo.
El dispositivo es el smartphone, y los momentos son aquellos de solaz que tenemos a lo largo del día, de diez minutos como mucho. Así es que sus contenidos están pensados precisamente para durar diez minutos a lo sumo, y están optimizados para ser vistos en la pantalla de nuestro teléfono.
En cualquier parte, a cualquier momento, cuando podamos. Yendo en un autobús, esperando en la consulta del dentista, o en la cola del banco, podemos ver un episodio de una serie, o un pequeño reportaje/documental. Hay de todo en Quibi, tanto ficción como realidad, dramatismo y humor, tele-realidad y cuidados documentales.
De hecho, el propio nombre del servicio ya nos da una pista de lo que persigue: Quibi responde a “quick bites”, bocados rápidos.
Quibi fue lanzado en los Estados Unidos este pasado 6 de abril, y no se conoce todavía cuándo llegará al mercado español con contenidos adaptados, traducidos, y de producción propiamente pensada para el mercado español, pero en los USA ha empezado fuerte, con nombres como Jennifer López, Kevin Hart, Kristen Bell o Nick Jonas entre los protagonistas de Thanks a million, un show en el uno de los protagonistas en cada episodio dona 100.000 dólares a alguien que haya provocado un gran impacto en su vida.
También tenemos a Laurence Fishburne (el Morpheo de Matrix) y Skeet Ulrich entre los protagonistas de #FreeRayShawn, un drama policial, o a Anna Kendrick y Rob Corddry en Dummy, una alocada comedia. O también Sophie Turner y Liam Hemsworth en otros shows.
El precio de este servicio es, como sus contenidos, reducido: 4,99 dólares mensuales, con las primeras dos semanas gratuitas.
Seguramente, Quibi no busque monopolizar nuestras sesiones de ocio, ni siquiera ser el único servicio de vídeo a la carta de pago que tengamos contratado, pero sí complementar aquellas opciones que, como Netflix, tengamos contratadas para disfrutar en casa, los domingos por la tarde, o los días de cada día por la noche, pudiendo aprovechar esos pequeños momentos de esparcimiento que nos dan las pausas en nuestro día a día.
A ver si los demás servicios de streaming copian también la filosofía de Quibi y empiezan a ofrecer esos “pequeños bocados” de contenidos para complementar su oferta convencional.