No, tranquilo que no te propongo convertirte en un competidor más de una carrera espacial que, después de la extinción de la URSS, vuelve a verse reñida con la aparición de nuevos actores como China, no. Por suerte (o por desgracia), lanzar un satélite al espacio todavía requiere de un potente cohete -y por pequeño que sea el satélite- que no está al alcance de cualquiera.
Pero fabricar el nanosatélite y mandar un proyecto a la ESA (agencia espacial europea), la NASA, o cualquier otra agencia espacial, para que consideren su inclusión en uno de sus lanzamientos, sí es posible.
Pero, antes de seguir adelante, permíteme que te cuente una historia real.
En 2020, estudiantes de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG) diseñaron y construyeron un nanosatélite, el Quetzal-1, el primero de factura guatemalteca, de forma cúbica (CubeSat), el cual duró la nada despreciable cantidad de 211 días en órbita. Además de equipo de telemetría y radio, este pequeño satélite transportaba una carga útil consistente en una cámara en blanco y negro.
Las primeras imágenes que esta emitió resultaron ser completamente blancas o negras, lo que puso en evidencia un fallo en el proceso de exposición automática que, mediante correcciones, se consiguió que finalmente tomara un par de buenas imágenes esperando hasta que el satélite pasara sobre Guatemala durante el amanecer o el atardecer.
Un problema en el bus de comunicaciones I2C ocasionó un drenaje de la batería, lo que llevó al equipo a intentar un reinicio del sistema para resolver el problema. Desafortunadamente, la pequeña nave no volvió a funcionar después del reinicio, probablemente debido a que una de las celdas de la batería de litio-ion falló completamente en el estado de carga baja.
Retomando ahora el hilo de lo expuesto inicialmente, quien pretenda construir un nanosatélite, puede basarse en la información que, ahora, y tres años después del lanzamiento del Quetzal-1, su equipo de desarrollo ha liberado en Internet bajo licencia libre, tal como informa Hackaday.
Dicha documentación se compone de diseños del satélite y sus componentes, del software que se ejecutó tanto en el satélite como en la estación terrestre, así como toda la telemetría capturada durante el vuelo. Y, gracias a su disponibilidad bajo licencia libre, este material representa una gran ayuda para cualquier persona que esté diseñando un CubeSat.
Por cierto que el equipo que desarrolló el Quetzal-1 ya está pensando en el Quetzal-2.