La realidad virtual ha llegado a la consulta del ginecólogo, y lo ha hecho con un doble objetivo: por un lado, dotar de un mayor conocimiento y entrenamiento a los estudiantes de ginecología y, por el otro, contribuir a disminuir el número de operaciones de histeroscopia realizadas.
Estas consisten en realizar una endoscopia intrauterina, con una sonda dotada de capacidad de vídeo que es visto en un monitor. No es una operación fuera de lo rutinario en una consulta ginecológica, incluso podríamos calificarla en cierta medida de rutinaria.
Pero ello no implica que esté libre de ciertos riesgos, que pueden desembocar en complicaciones a posteriori como cicatrizaciones y adherencias dentro de la cavidad uterina (lo que se conoce como síndrome de Asherman).
Es por ello que cualquier tecnología que permita disminuir el número de intervenciones de este tipo realizadas, a la par que permita a los ginecólogos y futuros ginecólogos ganar experiencia, será bienvenida. Y, en este caso, la tecnología que se ha hallado que permite ambos beneficios, es la realidad virtual.
La histeroscopia ecográfica virtual en 3D ha sido desarrollada por el doctor Jan Tesarik, y lo que facilita es el estudio de la cavidad uterina con un método menos intrusivo, el cual no requiere de una exploración con objetos punzantes, lo que redunda en una disminución del peligro de provocar las lesiones antes indicadas.
Este procedimiento sólo sirve para detectar problemas, no los soluciona. Para esto último, todavía será preciso intervenir de la forma clásica, de la cual no nos libramos definitivamente, pero disminuimos la necesidad de llevarlas a cabo de forma “gratuita”.
Según un estudio de MAR&Gen, clínica de reproducción asistida molecular y genética, estos simuladores de realidad virtual no solamente son útiles para que los estudiantes que aspiran a convertirse en ginecólogos puedan practicar y ganar experiencia, sino que también son valorados por los profesionales en activo, que pueden de esta forma refinar su técnica y ganar experiencia.
Además, con los nuevos simuladores VR, es posible recrear las sensaciones vividas por los pacientes y sus reacciones, con lo que la simulación se torna mucho más realista que las realizadas con cualquier otra herramienta.