En 2007 se prometía desde los organismos políticos que la banda ancha llegaría a todos los rincones del Estado español. Cerca de inaugurar el año que hace once de este nuevo milenio, la promesa no se ha cumplido. En las zonas rurales del país la tecnología no ha llegado ya que en muchos casos, a las compañías que se encargan de eso, no les sale rentable tirar cable de fibra óptica hasta municipios de tan poca gente.
Los servicios ofertados para estos casos son más caros y la telefonía 3G tampoco es de gran ayuda para aquellos tecnófilos rurales que quieren gozar de grandes conexiones en sus municipios.
Parece ser que tras los muchos intentos de diferentes compañías, la solución más viable es la de utilizar los satélites para hacer llegar internet a los emplazamientos fuera de la influencia de la gran ciudad. Tooway y Eutelsat son las empresas que se han erigido como veladoras de este sistema en Europa. El proyecto está aun en vías de desarrollo en Toulouse, centro del viejo continente de la ingeniería espacial. Los objetivos de este proyecto que ha costado 350 millones de euros de todas formas están claros: Proporcionar conexión red, telefonía y televisión en un mismo pack mediante un satélite, el KA-SAT, de muy alta velocidad.
El satélite será lanzado desde Kazajistán a finales de este año o principios del que viene y dará conexión a toda Europa y parte de África.