Las sanciones de la comunidad internacional a Rusia por la invasión de Ucrania también afectan al gigantesco país en el ámbito tecnológico. En concreto, uno de los problemas que provocan es que, al no poder realizar pagos internacionales, muchos sitios web no están pudiendo renovar sus certificados TLS que proporcionan confianza en sus servicios a los internautas. Así que cuando estos expiran, se quedan tal cual, sin poder ser renovados.
Lo que hace un certificado electrónico TLS es verificar, contra una autoridad certificadora fiable, que la identidad de la página es la que dice ser. Es una herramienta que nos permite, por ejemplo, comprar con seguridad online, o acceder a nuestra entidad bancaria seguros de que es aquella y no una página que simula serlo.
Estos certificados deben ser renovados cada cierto tiempo, y cuando una página web no tiene uno válido porque el suyo ha caducado, el navegador del internauta que intenta acceder a ella, muestra una advertencia. En la mayoría de los casos, el mismo navegador también da la potestad al usuario para decidir si, finalmente, acaba accediendo a no a la página que provoca el error, pero dicha opción no es obvia, y la mayoría de los internautas que carecen de conocimientos técnicos, no saben encontrarla y, por lo tanto, acaban no accediendo al sitio web al que le ha caducado el certificado.
Así las cosas, Rusia ha decidido optar por la autarquía en materia de certificados electrónicos con la creación de su propia autoridad certificadora (CA por sus siglas en inglés).
Los certificados emitidos por dicha entidad reemplazarán aquellos que hasta ahora venían emitiendo las autoridades certificadoras de fuera de Rusia.
No obstante, estos certificados deben ser reconocidos por los distintos navegadores web; Yandex y Atom, browsers desarrollados en Rusia, ya los reconocen, pero en el actual contexto, es difícil que programas como Chrome, Firefox, Safari, Edge, u otros, los reconozcan. El usuario debe instalar manualmente los certificados de confianza, y por el mismo contexto, es muy difícil que las organizaciones detrás de los navegadores no rusos, lo hagan de serie.
Habrá que esperar a ver los movimientos de aliados de peso de Rusia, como China, para ver si aceptan dichos certificados.