Si bien en el momento de escribir estas líneas, todas las personas que siguen la actualidad de la invasión rusa de Ucrania están pendientes de la incursión del ejército ucraniano en territorio ruso, una novedad que ha pasado más desapercibida pero, no por ello, es menos importante, está llegando a las tropas de vanguardia rusas: los drones Vetr.
En un conflicto en el que los drones han cobrado especial protagonismo, ¿qué tienen los de esta serie para ser tan especiales? Pues inteligencia artificial para seleccionar, de forma autónoma, el objetivo una vez ya han sido lanzados.
Esto implica que su modo empleo difiere en gran medida del de un dron FPV, que debe ser conducido por el operador hacia el objetivo de forma remota (aunque, cómo vimos, ya hay refuerzos por parte de la IA en este tipo de drones), por lo que los drones Vetr requieren de una menor formación para el operador y, por lo tanto, puede ser operado por tropas más bisoñas.
El uso de este tipo de dron en un conflicto no es nuevo, y en la invasión azerí de Artsaj ya fueron protagonistas como loitering munition, o munición de lanzar y “olvidar”.
Tal como explica el sitio web Army Recognition, la serie Vetr se compone de dos modelos principales: el Vetr 10 y el Vetr 13, con capacidades de carga útil de 3,5 y 8 kg respectivamente. Ambos modelos poseen un alcance operativo de hasta 20 km y son capaces de alcanzar velocidades de hasta 150 km/h.
La IA la utilizan para identificar y atacar objetivos de manera autónoma una vez que se encuentran en la zona general indicada por el operador. Merodean hasta que identifican un objetivo practicable.
Un elemento clave del sistema que gobierna estos drones es su indicador de objetivos, que fija el blanco y permite al dron volar de manera autónoma hacia él, ejecutando el ataque sin necesidad de recibir órdenes por parte de un operador.
Para incrementar la seguridad de los operadores, la transmisión del dron se realiza desde una ubicación alejada, utilizando conexiones aéreas o cableadas. Esta medida protege a los operadores de posibles represalias de las fuerzas ucranianas, que podrían localizar y atacar las posiciones de control.
Los drones Vetr han superado rigurosas pruebas y han recibido la aprobación del Ministerio de Defensa ruso a través de su Dirección de Desarrollo de Innovación. Actualmente, la empresa que los fabrica produce y entrega unas 3.000 unidades mensuales. Rusia necesita mejorar las capacidades de sus drones y ampliar su producción, puesto que algunos analistas ya señalan que no está siendo capaz de mantener el ritmo al que le está forzando Ucrania, amenazando con ello con romper la paridad entre ambos ejércitos.
