No hay nada más humillador que vencer a un rival directo en su propia casa.
No sólo sucede en los deportes, también en el mundo de las NNTT encontramos casos en los que una empresa pierde el monopolio en la propia nación que la vio nacer.
Es el reciente caso de Samsung y Nokia. Por primera vez la firma surcoreana ha pasado la mano por delante de su competidor finlandés en su propia casa.
Después de la caída en la cuota de mercado de Nokia hasta el 33 por ciento y la subida de Samsung hasta el 36 por ciento, una nueva dinámica se ha establecido en el país del norte europeo.
Dos son los claros motivos que han determinado esta situación. En primer lugar, no debemos desmerecer por nada del mundo el profundo esfuerzo que está efectuando Samsung en este 2013. Su nueva gama de productos y su estrategia comercial que se ha centrado sobretodo en potenciar países fuera de la órbita americana, ha hecho que a día de hoy goce de una posición privilegiada que le permite competir con Apple.
Por otro lado no existe excusa que remiende los malos números registrados por Nokia. Es del todo normal que haya perdido cuota de mercado cuando hace escasos meses cerraba la última fábrica que tenía ubicada en Finlandia. Esta puede haber sido una de las razones por sus pérdidas en la nación de origen, la falta de sensibilidad con su propia población. Algunos dirán que se trata de una estrategia necesaria para la supervivencia de Nokia, sin embargo existen unos mínimos de decencia a los que ni las grandes empresas deberían renunciar.