Según explican en el Korea Economic Daily, Samsung ha anunciado que ofrecerá siete años de actualizaciones gratuitas para su sistema operativo Tizen en sus televisores con inteligencia artificial (IA TVs).
El anuncio fue realizado por Yong Seok-woo, presidente y jefe de la división de Visual Display de la multinacional surcoreana, en una reciente conferencia de negocios en la que también destacó la importancia de esta iniciativa para diferenciarse de sus competidores chinos, como TCL o Hisense, quienes han incrementado su presencia en los mercados globales durante estos últimos años.
El mismo directivo explicó que esta política de actualizaciones se empezará a aplicar a los modelos lanzados a partir de marzo de este mismo año, así cómo a algunos productos que habían sido comercializados en 2023.
Otra derivada de la extensión del soporte de software para la plataforma Tizen, es ofrecer una imagen de soporte incondicional para su propio sistema operativo para televisores inteligentes, apostando por él y de no “dejar tirados” a quienes han comprado un televisor con Tizen, cambiando a otra plataforma software como Android TV.
De cara a los desarrolladores, es también una garantía de que podrán seguir invirtiendo recursos en las aplicaciones para Tizen sin tener que sufrir un futuro cambio de plataforma, con lo que su inversión queda asegurada.
Todo esto, evidentemente, está muy bien, pero me lleva a una reflexión: el primer televisor que compraron mis padres sobrevivió en nuestro hogar durante casi dos décadas (su estreno fue con la llegada del hombre a la Luna en 1969…), mientras que el segundo permaneció en nuestro hogar por, al menos, tres lustros.
Claro que aquellos televisores no incluían un software que se actualiza y que cada ciertos años deja de ser útil porque ha “caducado”, y las apps ya no instalan nuevas versiones, o no reciben actualizaciones de seguridad.
Un televisor inteligente, que incluye una parte de software para proporcionar valor añadido más allá de los canales de televisión lineal, ya sea un Samsung con Tizen, o de otra marca con Android TV, webOS u otra plataforma, puede suponer un riesgo para la seguridad del hogar si deja de recibir actualizaciones de su software. Y lo que está sobre la mesa ahora mismo es una vida, cubierta por actualizaciones de seguridad, de solamente siete años.
Es decir: pasamos de una gran longevidad en el pasado, solamente marcada por el rendimiento mecánico sin una fecha concreta de caducidad, a una renovación debido a la “fecha de caducidad” introducida por el fabricante para el componente software. Que, evidentemente, se puede dejar desactualizado, pero tendrá sin duda un límite de funcionalidad.
Y, esto, en medio de un debate en todo el mundo sobre los recursos naturales y las implicaciones de la obsolescencia programada, lo que nos debería hacer reflexionar si no es más fácil separar la parte del software de la del televisor en sí como, por ejemplo, mediante set-top boxes, y así poder ir renovando uno u otro según las necesidades, dando lugar también a un cambio de plataforma o a experimentar con varias si así se desea.