Uno de los grandes retos educativos actuales es incrementar la presencia de alumnas en carreras científico-técnicas. A pesar de los esfuerzos de los últimos años, las conocidas disciplinas STEM continúan teniendo una infrarrepresentación femenina que limita el acceso de las mujeres al mercado laboral. Según datos del Observatorio de la FP, a pesar de que la demanda laboral de perfiles femeninos que sí cursan estos ciclos oscila entre el 60% y el 80%, el porcentaje de mujeres matriculadas en titulaciones STEM es de tan solo el 11,8%, unos datos que ponen de manifiesto la necesidad de seguir trabajando en esta línea para fomentar la formación en esta rama entre las jóvenes en nuestro país.
“Aunque el número de chicas por clase aún es muy bajo, sí que hay cierta evolución en la presencia de mujeres en las disciplinas STEM. La expansión de internet, de los videojuegos o incluso del fenómeno YouTuber y Streamer, ha ayudado a aumentar un poco el interés de las chicas por disciplinas como la informática” , indica Beatriz García, profesora de la familia de Informática en el centro Cesur Málaga Este. Cesur, centro líder de Formación Profesional en España, adapta de forma constante su oferta a las demandas del mercado y por ello ha aumentado un 68% sus ciclos de FP STEM en el último año, un crecimiento que casi se duplica si comparamos el curso 2019/2020 con el curso 2021/2022.
Desconocimiento formativo y falta de referentes femeninos, los principales retos
Los datos del Observatorio de la FP muestran un estancamiento de la brecha de género en las familias industriales y STEM. Aunque crece el número de mujeres matriculadas en FP por encima del 7%, la mayoría continúan decantándose por ciclos de Imagen personal (88,1%) y Servicios Socioculturales y a la Comunidad (86,7%). Solo los ciclos de Sanidad cuentan con una representación destacada de mujeres (75,6%), y la cifra se desploma en ciclos de ámbitos industriales (12%) y STEM (11,8%). La baja presencia de mujeres en estos estudios se acentúa aún más en la FP Dual, en la que a pesar de aumentar casi un 28% las matriculaciones en los ciclos científico-técnicos, la representación en las familias industriales cae al 13% y las STEM al 12%.
El desconocimiento de la Formación Profesional como alternativa de estudios es una de las barreras para formarse en ciclos STEM según las propias alumnas. Es el caso de Assia El Farouk, alumna de 2º curso del ciclo de Sistemas Microinformáticos del centro Cesur Málaga Este. Con 26 años, Assia cursó el bachillerato de ciencias de la salud, y tras apostar por una oposición, finalmente se dio cuenta de que su vocación era la tecnología, que le había interesado “desde niña”. “Cuando decidí estudiar el ciclo de FP de informática, una amiga de Reino Unido que es informática me avisó de que era un mundo de chicos, incluso me preguntó si estaba segura de querer formarme en tecnología. En ese momento pensé ¿si los chicos pueden, por qué yo no puedo?”. Loren Lynch, alumna de 1º de Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma en el mismo centro Cesur, también reconoce que se sintió atraída por la tecnología “desde siempre”; pero como ella misma explica “como no es una materia que se dé en la ESO o en Bachillerato, no la contemplaba como opción profesional”.
Tal y como indica Beatriz García, profesora de la familia de Informática en el centro Cesur Málaga Este, la falta de referentes también se convierte en un hándicap. “Una de las razones del lento aumento de chicas en áreas STEM es que no mostramos a las alumnas en el colegio lo interesante que son las ciencias. Parece que no hay ejemplos de mujeres científicas, le hemos dado muy poca relevancia al papel de la mujer en la ciencia en general y se nota”, afirma la docente.
Beatriz apunta también a otra de las grandes barreras del acceso de la mujer a los ciclos científico-técnicos y alude a “la soledad” y “los estereotipos” que se vinculan a estos estudios. “Las chicas que se decantan por estos ciclos saben que van a ser pocas en clase, o quizás sean las únicas, y además imaginan a sus compañeros como el estereotipo de informático ‘friki’ y piensan que no van a encajar en el equipo. Y nada más lejos de la realidad”. Una sensación que tanto Assia como Loren reconocen que tuvieron cuando decidieron empezar a estudiar informática. “Cuando empecé el curso iba con un poco de reparo, porque sabía que éramos muy pocas chicas en clase. De hecho somos 3 alumnas de unos 30”, reconoce Loren.
El miedo al fracaso o la necesidad de cumplir con las expectativas sociales, son también miedos de entrada para cursar estas titulaciones. “Es cierto que principalmente es un mundo de hombres, somos muy pocas las que estudiamos y trabajamos en carreras técnicas; lo importante es no presionarnos con que como mujeres tenemos que dar la talla y destacar, sino tener nuestros objetivos y perseguirlos” confirma Assia, y continúa: “mis resultados académicos son muy buenos, aunque puedes tener un poco de miedo al principio, una vez que empiezas a estudiar, se puede aprobar ¡y con nota!”.