Si, cómo reza aquel anuncio, “el fregar se va a acabar” (en relación a fregar la ropa para lavarla), puede ser que algún día -aunque hoy por hoy sea todavía un poco lejano-, el cargar nuestros dispositivos móviles también se acabe.
Betavolt es una startup china que acaba de presentar en sociedad una innovación que parece sacada de una película de ciencia ficción: una batería basada en la energía nuclear, que promete una autonomía de cincuenta años sin necesidad de recargas o mantenimiento de ningún tipo.
Descrita por la misma Betavolt como la primera batería del mundo que consigue miniaturizar la energía atómica, integra 63 isótopos en un tamaño inferior al de una moneda que, al descomponerse, liberan partículas beta (de ahí el nombre de batería betavoltáica, y del nombre de la startup, Betavolt) que, mediante un proceso de conversión no térmico basado en el momento en que dichas partículas atraviesan unas uniones de semiconductores, permite generar electricidad.
Esta forma de conseguir energía, que se diferencia de las fuentes de energía nuclear tradicionales en que no genera calor ni radiación, es segura para su uso y manipulación de los dispositivos por parte de los seres humanos, según afirman de la compañía.
Pese a que pueda parecer un invento actual, lo cierto es que el principio en el que se basan los dispositivos betavoltáicos es conocido desde la década de los años 70 del pasado siglo XX, siendo utilizado en aquella época en algunas baterías de marcapasos.
Este tipo de baterías es adecuado para su uso en dispositivos que deban trabajar durante largos períodos de tiempo, y a los que no sea cómodo acceder para realizar tareas de mantenimiento, como dispositivos médicos (el marcapasos antes citado como ejemplo paradigmático), de la IoT, o aquellos utilizados en aplicaciones aeroespaciales o que deban prestar servicio en instalaciones submarinas.
Desde Betavolt ejemplifican su uso en drones que pueden volar durante décadas, o robots que no necesitan recargarse durante el mismo tiempo.
Su diseño en capas le permite minimizar el riesgo de incendio o explosión, incluso cuando se enfrenta a golpes y caídas. Además, la empresa asegura que esta batería es capaz de operar en un rango de temperaturas extremas, que va desde los -60 hasta los +120 grados centígrados.
Por el momento, la nueva batería se encuentra en fase de desarrollo, pero la compañía que la ha creado ya ha desvelado planes ambiciosos para utilizarla en dispositivos de consumo, como smartphones. Si bien ahora es capaz de producir 100 microvatios de potencia a 3 voltios, el objetivo de Betavolt es alcanzar una salida de 1 vatio para el año 2025.
En lo concerniente a posibles miedos sobre radiación nuclear, la startup asegura que tras el periodo de desintegración, los 63 isótopos se transforman en un isótopo estable y no radiactivo de cobre, eliminando cualquier amenaza ambiental.
Así, de paso, se crea una fuente de energía segura que reduce nuestra dependencia de los enchufes y, por lo tanto, de la producción energética.
¿Te imaginas no tener que cargar nunca más el móvil? Porque, con esta batería, un 20% de carga no es que te llegue para todo el día, es que puede durarte 9 años y 364 días más...