Una rémora del antiguo monopolio de Telefónica sobre las comunicaciones, consistía en la obligación de la actual Telefónica de proporcionar conectividad por red de cobre, bien directamente, bien indirectamente alquilando su red a un precio competitivo a las demás operadoras. Un peaje a pagar por la forma en la que se llevó a cabo la desregulación del mercado desde el antiguo monopolio estatal, ya que la red de cobre la controlaba íntegramente la compañía que después resultó privatizada, con lo que se vio obligada, por ley, a ponerla al servicio tanto de la ciudadanía como red de acceso universal, como de la competencia que intentaba hacerse un hueco en el mercado.
Pero, ahora, la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) ha anunciado el fin de la regulación en el mercado mayorista de acceso al cobre, con lo que Telefónica quedará exenta de las obligaciones a las que estaba sujeta a partir de principios del año que viene.
Lo que motiva la toma de esta decisión es la drástica disminución en la demanda de líneas fijas de voz sin estar empaquetadas con líneas de datos de alta velocidad, para lo cual se va directamente a la fibra óptica, con paquetes comerciales que ofrecen datos y voz.
Si a los consumidores particulares, una línea de cobre con datos a baja velocidad ya no les interesa, menos digamos aún las empresas. Esto ha hecho que, a finales del año pasado, las líneas exclusivamente de cobre representaran menos del 10% del mercado, una cifra que va progresivamente a la baja.
Incluso la red troncal ha abandonado ya hace tiempo el cobre para pasar a la fibra y los enlaces de radio, además de que la conectividad fija inalámbrica, consistente en disponer de datos y voz a través de un router tal como en la fibra o el cobre, pero que en la parte de acceso WAN (a Internet) se basa en conectividad celular 4G/5G, comienza a mostrarse como una opción que, sin lugar a dudas, crecerá a lo largo de los próximos años, posiblemente a partir del lanzamiento de la 6G.
A finales del 2023, tres cuartas partes de las líneas exclusivamente de voz, ya se prestaban mediante acceso fijo por radio, por lo que en la mayoría de los casos tampoco se necesitaba el cobre.
Con un mercado considerado ya maduro, la CNMC ha decidido finalmente conceder a Telefónica un deseo que había explicitado en numerosas ocasiones en el pasado: liberarla de sus obligaciones para con las demás operadoras. Además, este organismo considera que la normativa sectorial de comunicaciones y el derecho de la competencia seguirán garantizando el desarrollo competitivo del mercado, y asegura que continuará vigilando para comprobar que se mantengan condiciones justas y competitivas para todos los actores involucrados.