Conectividad celular para realizar llamadas, enviar mensajes, y disponer de conexión de datos (con todo lo que esto supone: WhatsApp, correo electrónico, web,...), y llamadas y mensajes SMS (de doble dirección) vía satelital, para comunicarnos en caso de necesidad, es lo que propone Thuraya con el SKYPHONE, un terminal que me han asegurado es pionero por ofrecer cobertura de ambas tecnologías gracias a su uso tanto de la banda L como de la banda K para las comunicaciones.
Para entendernos: no estamos hablando de dotar de conectividad 5G vía satelital a smartphones corrientes aprovechando las constelaciones de satélites en órbita baja de compañías como Starlink (recientemente, el mismo Elon Musk ha anunciado vía X, noticias al respecto), sinó de aunar la conectividad celular con la satelital en el mismo teléfono, y utilizar una u otra según la cobertura.
Así, por ejemplo, desde la ciudad, podríamos marcar un número de teléfono dirigiendo la llamada por la red celular, mientras que en alta mar utilizaríamos la red satelital al no haber cobertura celular, sin tener que contratar un número satelital, ni disponer de dos aparatos distintos.
Thuraya no es precisamente una recién llegada a la arena de los teléfonos satelitales, más bien al contrario, puesto que lleva fabricándolos desde 2002 (la fundación de esta firma emiratí data de 1997, y su nombre significa ‘Pléyades’ -por las estrellas homónimas- en árabe), pero su visión desde hace tiempo era aunar ambas tecnologías, la celular y la satelital, en un sólo teléfono, algo que sólo ha podido lograr ahora, según me explicó Elmuiz Saad, vicepresidente ejecutivo comercial de la marca, ante un prototipo del SKYPHONE.
En comparación, los iPhone 14 y 15 solamente son capaces de enviar mensajes SMS de emergencia, pero no realizar llamadas, ni recibir ninguna comunicación en respuesta, ya sean mensajes entrantes o llamadas entrantes, por lo que esta comunicación es muy limitada.
Saad me explicó el caso (este, con un teléfono púramente satelital) en el que unos marineros filipinos que quedaron a la deriva en el Pacífico, fueron rescatados gracias a sus comunicaciones satelitales, y como la empresa ha contribuido en escenarios de desastres, tanto provocados por el ser humano (como el accidente nuclear de Fukushima), como naturales (terremoto de Turquía), con sus terminales dedicados, una experiencia que, ahora, quieren llevar al consumidor final.
Sobre el terminal, todavía no hay mucho que decir, puesto que lo que yo he podido ver es solamente un prototipo (el modelo definitivo debería ver la luz durante el tercer trimestre de este año), por lo que prefiero no hablar de especificaciones que, tal vez, luego no acaben cumpliéndose.
Un aspecto del que sí puedo hablar es de la antena; los terminales satelitales deben poseer una antena externa para captar la señal procedente del satélite y emitir la suya propia con fuerza (si alguien recuerda la tercera película de la saga “Parque Jurásico”, allí sale un terminal satelital de principios de este siglo), un elemento que hace incómodo llevar el teléfono en el bolsillo, o directamente imposible.
En el SKYPHONE, esta antena es retráctil: cuando está plegada vemos solamente una suerte de botón en la parte superior que, al pulsarlo, dispara la antena hacia arriba, liberándola y permitiéndonos extenderla en su totalidad.
Otro detalle que también puedo asegurar es que tendrá doble SIM, pensando también en aquel público usuario que quiera mantener un número de teléfono satelital. Podemos encontrar más detalles en la página web del SKYPHONE, en la que también podemos suscribirnos para recibir más información.
Su modelo de negocio es vía operadora, de forma que sea la misma empresa la que proporcione los servicios tanto celulares como satelitales, sin tener que recurrir a dos altas distintas. En España, tienen un acuerdo con Telefónica. El objetivo de la compañía es que la factura sea única abarcando tanto las llamadas celulares como las satelitales, y que el servicio pueda utilizarse tanto desde el mar, como en la ciudad, montaña o, en resumen, donde sea.
La conexión satelital se realiza mediante dos satélites geoestacionarios de gran tamaño que se encuentran a 700 km de la Tierra (pese a la distancia, continúa siendo considerada órbita baja (los satélites de Starlink operan sobre los 550 km, para hacernos una idea).