Mientras unos lloriquean y cual sacerdotes del apocalipsis exaltan el fin de la cultura, otros poco a poco y con tesón proponen nuevas vías para obtener ingresos. Iniciativas como el famoso Spotify o el cada vez más empleado Crowdfounding son alternativas reales ante el modelo de industrial del sector cultural.
De todos modos aún quedan problemas por resolver en dichas nuevas formas de actuar. Casos como el sucedido en Kickstarter demuestran que todavía hay, en el caso de la financiación telemática, algunos problemas.
Según ha informado la página web un donante cuya cuenta ha sido debidamente eliminada, ha conseguido estafar a más de 100 proyectos. El usuario, llamado cibernéticamente Encik Farhan, donaba grandes cantidades de dinero a los proyecto y una vez recibía las recompensas de dichos proyectos, al cabo de dos o tres meses, contactaba con la compañía de su tarjeta de crédito para registrar una disputa sobre la inversión y de este modo recuperaba lo invertido más la recompensa. Cabe recordar que en el caso del CrowdFounding de Kisckstarter encontramos proyectos que llegan a perder casi un millón de dólares y ofrecen recompensas monetarias.
El fenómeno fue denunciado por un dibujante que tras perder la donación falsa de 1.000 dólares tuvo que renunciar a su proyecto. De este modo y tras ponerse en contacto con otros usuarios a los que les sucedió lo mismo, se descubrió la estafa generalizada de Encik Farhan.