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Un gran reto para los operadores móviles

Escrito por Jose Manuel Huidobro el 21/10/2014 a las 21:06:55
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(Ingeniero de Telecomunicación y Doctor en Derecho)

A pesar de difícil situación general que estamos viviendo, con una economía recuperándose lentamente tras una grave crisis, lo cierto es que el tráfico en las redes no para de crecer y algunas estimaciones indican que el mismo, en las redes móviles, se multiplicará nada menos que por 1.000 en los próximos 10 años, lo que significa un CAGR (Compound Annual Growth Rate) del 99%.

 

La razón para este aumento de tráfico se encuentra en que cada vez se utilizan más y más los dispositivos móviles (teléfonos –smartphones– o tablets) para acceder a Internet. Incluso muchos usuarios utilizan la conexión de su línea de teléfono móvil para conectarse a Internet también con el ordenador personal en su casa o en cualquier otro lugar, ya que les resulta ventajoso. Además, a esto habrá que añadir lo que se conoce como el "Internet de las cosas" (dispositivos conectados entre sí a través de internet), lo que se viene denominar M2M (Machine to Machine).

 

El fenomenal crecimiento de la demanda de aplicaciones de datos (Apps Stores), los servicios en la nube (cloud computing) y la proliferación, además, de servicios ofrecidos por las OTT (Over The Top) –compañías tales como Amazon, Google, Skype, YouTube, etc.–, que incluyen, por ejemplo, voz sobre IP (VoIP), vídeostreaming y mobile TV, sobre las redes de los operadores, está causando un incremento enorme en el tráfico que soportan sus redes, pudiendo llegar incluso a colapsarlas, lo que ha dado lugar al famoso debate sobre la “neutralidad de la red”.

 

Todo esto empieza a crear un problema para las compañías de telefonía móvil, que ven como este aumento de tráfico de datos empieza a colapsar sus redes y el reto al que se enfrentan es, por tanto, inmenso ya que tendrán que construir redes lo suficientemente grandes y estables como para soportar semejante volumen de tráfico y dar servicio a las más de 7.000 millones de líneas móviles y casi .3.000 millones de usuarios de Internet que ya hay en el mundo.

 

La situación a la que se enfrentan los operadores es que este aumento del uso de Internet a través del móvil (y la consiguiente inversión en mejorar las redes para poder soportarlo) no cuadra con que cada vez los usuarios gasten menos dinero en ello. A las tarifas cada vez más baratas y proliferación de las “planas”, debido a la competencia del sector y a la imposición del regulador –la CNMC en el caso de España– a rebajar los precios de terminación de llamadas (MTR), es decir lo que se cobran unos operadores a otros, y a la inevitable desaparición de los cargos por roaming en Europa, se une el uso masivo de programas como Whatsapp que permiten utilizar las redes móviles para hablar o mandar mensajes sin pagar nada a los operadores (excepto la cuota por disponer de internet en el teléfono móvil o tablet). De hecho, el impacto de esta aplicación ha sido tan grande que algunos operadores –como es el caso de Telefónica– ofrecen gratis el envío de SMS para tratar de contrarrestar este efecto.

 

El problema al que se han de enfrentar los operadores en los próximos años es como encontrar un equilibrio entre el coste que supone la adaptación de sus redes para soportar el incremento de tráfico y garantizar una calidad de servicio aceptable, y la captación de los ingresos necesarios para abordar las nuevas inversiones requeridas en red y en servicios. La situación es complicada, pues los ingresos no aumentan al ritmo que lo hace el tráfico, debido, sobre todo, a la disminución de precio del minuto de llamada de voz o de MB de datos transferido, así que la única salida posible para los operadores pasa por reducir el coste de gestionar su red celular y para ello hay varias propuestas, como crear un nuevo sistema de antenas más barato y eficiente que permita mayores velocidades de navegación en el móvil, derivar el tráfico a otras redes con menor coste, mejorar el consumo energético de las instalaciones, apostar fuertemente por el despliegue de 4G (LTE), o cambiar el modelo de licencias del espectro radioeléctrico, incluso permitiendo su reventa, para hacer más eficiente su uso.

 

JM Huidobro