La existencia de Low-Tech Magazine es una contradicción en sí misma: una publicación en un medio tan tecnológico como es Internet, pero dedicada a aquellas personas que mantienen una actitud escéptica ante el uso de las nuevas tecnologías en nuestra sociedad.
Evidentemente, también se encuentra impresa en formato papel una versión del sitio web... que se puede adquirir online a través de Lulu, y en el cual se recogen, en 710 páginas, doce años de artículos que ponen en duda como estamos aplicando las tecnologías para que el nuestro, sea un mundo mejor. La revista fue fundada en 2007, y publica un reportaje bien documentado cada mes.
No es que desde Low-Tech Magazine se esté en contra de la tecnología, pero sí que se propone una visión crítica y fiscalizadora de esta. Y, para ello, el magazine dispone de una versión de la web que se lee desde un servidor alimentado por energía solar... aunque ya advierten que sólo es posible si el tiempo acompaña (es decir, si hace sol).
También quieren poner en relieve la validez de soluciones tecnológicas ahora consideradas anticuadas, pero que todavía pueden ser útiles para responder a determinadas necesidades sin tener que recurrir a la substitución por otra tecnología más novedosa, con el ahorro que ello conlleva para el impacto que nuestra sociedad está provocando en el planeta.
Dicho en otras palabras: está concienciando contra la obsolescencia programada.
Entre los temas que han tratado, encontramos la llamada “economía circular”, los aerogeneradores, la historia y las posibilidades de futuro del aire comprimido en las actuales estructuras de suministro energético, o incluso un análisis sobre técnicas de cocina vietnamita (como la fermentación) que permiten realizar un consumo sin requerir de gasto energético en refrigeración.
Un holandés afincado en Barcelona
Quien coordina y edita esta iniciativa es Kris De Decker, un holandés especializado en temas de energía (en su sitio web tiene un extenso currículum con los trabajos que ha llevado a cabo y las conferencias que ha celebrado) que según indica en la página web del magazine, está afincado en Barcelona.
De Decker también se ayuda de una serie de colaboradores, cuya lista consta como “tarea pendiente” en el sitio web.