El mareo es algo tan común que todos lo hemos sentido en un momento u otro, pero ello no quita que haya personas más propensas y que, incluso, se convierta para algunas en un problema de salud.
Es por ello que interesa poder conocer los síntomas que indican un pronto mareo para poder predecirlo y permitir a quien lo vaya a sufrir, obrar en consecuencia. Y en la Universidad de East Anglia, en el Reino Unido, han desarrollado un dispositivo que puede ayudar en ello.
Se trata del CAVA (siglas de Continuous Ambulatory Vestibular Assessment), el cual se adhiere sin problemas ni molestias al lateral de la cabeza del paciente sujeto a estudio, y permite tanto detectar movimientos oculares involuntarios e incontrolables llamados nistagmos, como provocarlos.
Y esto último es lo que han hecho un grupo de científicos de la antes mencionada Universidad de East Anglia, que han sometido a un grupo de 17 personas a un estudio que ha durado un mes, periodo durante el cual se han registrado en total 4.000 millones de lecturas de datos.
A cada uno de los sujetos sometidos a estudio les han sido provocado nistagmos artificialmente en ocho ocasiones distintas, a modo de puntos de control.
Los resultados de este estudio han sido publicados en la prestigiosa revista Nature, y abren un “melón” mucho más amplio: la utilidad de la telemetría (entendida esta como la toma de mediciones de varios parámetros) en el diagnóstico médico.
Poder diagnosticar la causa de un mareo es difícil, más que nada porque el paciente raramente se marea -y avisa de ello antes- cuando está con el médico y este último tiene el instrumental adecuado para tomar las lecturas.
El dispositivo CAVA permite monitorizar los parámetros necesarios 24/7, con lo que sólo es preciso saber la hora aproximada en la que se produjo el mareo para poder realizar un análisis de los datos previos.
A partir de aquí, lo que queda es el tratamiento. ¿Podría ser CAVA una pieza fundamental para evitar los mareos?