Adaptabilidad y diversificación - formación transversal

La resiliencia es la capacidad de adaptación de una persona frente a una situación adversa. Actualmente vivimos una crisis económica que ha acelerado las tendencias del mercado y ha creado nuevas oportunidades. La clave de la supervivencia es la resiliencia, adaptarse a estas nuevas necesidades, y esto requiere diversificación.

En este artículo me gustaría hablar de los cambios, del miedo a los mismos y de que diversificarse y adaptarse es cuestión de actitud.

Me gustaría empezar explicando una fábula, la de “Las dos hormigas”. Siempre me han gustado las fábulas ya que nos ayudan a extrapolar conceptos complejos de una forma muy simple.

La fábula de las dos hormigas

Esta fábula está basada en una historia del libro “Cuando el desierto florece” de Prem Rawat y trata sobre dos hormigas vecinas. Una vivía en una montaña de sal y la otra en una de azúcar. La hormiga que vivía en la montaña de azúcar era muy feliz ya que disfrutaba de una vida dulce. En cambio, la hormiga de la montaña de sal vivía sedienta. Un día las dos hormigas se cruzaron y la que vivía en la montaña de azúcar invitó a la de la montaña de sal a visitarla. Temerosa por si el azúcar no le gustaba, almacenó sal en su boca y, cuando llegó a la montaña de azúcar, ésta le supo a sal. “Sabe igual que mi sal” le dijo la visitante a la anfitriona. Ésta, extrañada, le dijo que eso no podía ser, que ella había probado la sal y sabía muy distinta al azúcar. Entonces, comprobó que su invitada llevaba sal almacenada en su boca, y eso le impedía saborear el azúcar. Le hizo escupir la sal y probar el azúcar. Aunque temerosa al principio, la hormiga que vivía en la montaña de sal celebró esta decisión y se quedó a vivir en la montaña de azúcar con su nueva amiga.

La metáfora que podemos extrapolar de esta fábula es que los cambios dan miedo, pero si no nos deshacemos de aquello a lo que estamos aferrados, no evolucionaremos.

¿Aprender a desaprender y reaprender?

Últimamente y debido a la crisis actual se habla mucho de aprender a desaprender y reaprender. Suena a intelectual y parece un trabalenguas, pero ¿alguien sabe lo que significa desaprender? Según la RAE, desaprender significa “olvidar lo que se ha aprendido”. Volviendo a la fábula, la hormiga de la montaña de sal no tuvo que olvidar el sabor de la sal para saborear el azúcar, sino que tuvo que arriesgarse a deshacerse del sabor almacenado en su boca para apreciar el del nuevo alimento. Y siendo consciente de cómo sabía la sal y lo que causaba en ella, apreció todavía más el azúcar. 

En mi opinión, los términos más adecuados para hablar de las necesidades actuales serían diversificación y capacidad de adaptabilidad a los cambios. Puede que también suene a intelectual y, como en toda intelectualidad os preguntaréis cómo se hace. Para contestar a esto he desarrollado la siguiente fórmula: Re = (I+R) x C x P – Resiliencia = (Intuición+Racionalidad) x Coraje x Positividad. A continuación, hablaremos en detalle de cada una de las variables de la fórmula.

Re=(I+R)xCxP

Intuición

Facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento.

La intuición es un conocimiento empírico que se adquiere mediante la experiencia, la participación o la repetición. Lo que has adquirido a través de la experiencia y el aprendizaje es importante, y te permite tener visión sobre nuevas oportunidades.

Racionalidad

Cualidad de racional, donde racional es la conformidad a la razón y razón es la facultad de discurrir.

La racionalidad es la capacidad de inventar, de analizar, de pensar, de idear y esta capacidad también viene dada por la experiencia y el aprendizaje.

Coraje

Impetuosa decisión y esfuerzo del ánimo, valor. 

El coraje es opuesto al miedo y es crucial para la toma de decisiones. El valor te permite tomar riesgos, probar cosas nuevas, salir de la zona de confort. Te permite apostar, fracasar y aprender para ganar. Es la fuerza que te permite luchar.

Positividad

Dicho de una persona: optimista, inclinada a ver el aspecto favorable de las cosas.

Me gusta ver el optimismo como el espíritu resolutivo de las personas. Una vez un hombre me dijo “no existen los problemas, sino las situaciones a resolver”. Yo lo ampliaría a “no existen los problemas, sino las situaciones a resolver si tienen solución o a aceptar en caso de que no la tengan”.

Re = (I+R) x C x P

La intuición y la racionalidad son factores que suman, pero el coraje y la positividad son factores que multiplican. 

Al principio de este artículo se ha definido la resiliencia como la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o situación adversos. Para adaptarnos a una situación adversa necesitamos conocimientos y habilidades, intuición y razonamiento, que obtenemos a través del aprendizaje. Cuanto más diverso sea este aprendizaje, mayor será el poder de intuición y razonamiento. Pero la resiliencia trata sobre todo de actitud, de capacidad. Y para ser capaces, debemos tener valor, ganas y una actitud positiva.

Formación transversal

La situación actual ha acelerado las tendencias del mercado y, consecuentemente, la necesidad de adaptación y el nacimiento de nuevas oportunidades. La clave está en encontrar la oportunidad y apostar por ella. 

Volviendo al “aprender a desaprender y reaprender”, adaptarse a esta nueva situación no se basa en olvidarnos de todo lo que sabemos sino en diversificarnos, en encontrar estas nuevas oportunidades y seguir aprendiendo para adaptarnos a ellas, en formación transversal. 

La formación transversal tiene como objetivo la diversificación de habilidades. Trata sobre ampliar el abanico de conocimientos, incrementando así la I y la R de la fórmula (Intuición y Racionalidad).

Antiguamente, cuando la formación requería de libros físicos, enciclopedias o cursos presenciales, la formación transversal era costosa o difícilmente accesible. Hoy en día y gracias a internet tenemos toda la información a un solo click. Innumerables documentales, enciclopedias online, libros digitales, cursos no presenciales y muchos recursos más que nos permiten diversificar nuestras habilidades y conocimientos. Pero como en toda formación, la clave está en la actitud, en las ganas de aprender, de mejorar y de encontrar nuevas oportunidades. En definitiva, la formación transversal es la apuesta para los resilientes.

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