Ciborg y nuestro futuro en la Red FractalEscrito por Isabel Troytiño Pérez el 05/02/2013 a las 12:34:523821
(Gestora de proyectos de Redes Sociales Virtuales de Conocimiento del Laboratorio de Redes Sociales de Innovación (Lab-RSI)) Las preguntas son de carácter existencial, implican a la ciencia y la tecnología y su impacto en la sociedad, pero no pueden responderse de otra forma que abordando las diferentes perspectivas de la vida, la creatividad y el saber, como son el arte, las humanidades, la literatura, el cine, la economía, la filosofía o la antropología. Cada pregunta abre un Tema de la Red Fractal, que es una red abierta y gratuita para cualquier persona interesada en participar.
La primera pregunta es ¿Nuestro futuro es el Ciborg?, y abre el tema de El Ciborg. Ahora bien, ¿a qué viene preguntarse si el ciborg es nuestro futuro?, ¿podríamos considerarla una pregunta de carácter existencial? Ciborg es un término que acuñaron los investigadores estadounidenses Manfred E. Clynes y Nathan S. Kline en 1960, para referirse a un ser humano que mejorado con tecnología, sería capaz de sobrevivir en entornos extraterrestres para explorar el espacio. La palabra ciborg es un acrónimo que combina los términos cibernético y organismo, es decir, lo tecnológico o artificial y lo biológico.
La pregunta que centra el primer Tema de la Red Fractal, ¿El ciborg es nuestro futuro?, hace referencia a si la humanidad se dirige hacia un futuro en que tanto los individuos como las sociedades que componen dejarán de ser solo organismos biológicos, para pasar a ser organismos mitad biológico mitad tecnológicos o artificiales, ya no para conquistar entornos extraterrestres, si no para transformar, mejorar o adaptarse mejor a entornos terrestres.
Tal vez la pregunta de si el ciborg es nuestro futuro nos suene demasiado a ciencia ficción. Podría formularse de otra manera: ¿Cómo el desarrollo tecnológico puede cambiar al individuo y a la sociedad como especie?, ¿Nuestro futuro es convertirnos en seres distintos, medio artificiales y medio biológicos, por nuestra relación de constante creación e integración de tecnología en nuestros cuerpos y nuestras vidas?
Aunque a bote pronto los campos del saber que pueden responder a esta pregunta son la ciencia y la tecnología, no puede abordarse únicamente desde esos puntos de vista. Los límites de lo posible no están en nuestra imaginación o en las posibilidades reales o esperadas de la técnica, si no en muchas otras cosas como las leyes, la bioética, los intereses comerciales o la política, entre muchos otros. Sobre todo, esta temática se aborda a través del arte, el cine, la literatura y otras expresiones que suelen llegar a muchísima más gente que la comunicación y periodismo científicos que muchos practicamos, sin ser conscientes de que para diseminar las implicaciones e impacto científicos, no es suficiente con llenar un texto con lugares comunes y símiles para que el lector o espectador mantenga su atención y comprenda cuatro conceptos que explican el quid de una cuestión desde el punto de vista científico. Es por ello que en la Red Fractal tratamos de dar respuesta a preguntas de carácter existencial que solo pueden abordarse, como la vida misma, desde un punto de vista integrador de muchas disciplinas y saberes.
El arte tiene un papel fundamental en la apertura de discusiones, y es una vía de opinión potentísima. La lectura a través de disciplinas más allá de ciencias puras como la física, las matemáticas, la biología o la química, es decir, a través de las humanidades, la literatura, el cine, la filosofía, la economía o la sociología, abre y acerca nuestras realidades cotidianas para dar respuesta a una pregunta que no puede abordarse, en ningún caso, desde un punto de vista únicamente técnico.
Ya en los años ochenta, cuando ni los ordenadores eran tan personales ni Internet tan fácil de usar o tan accesible para la humanidad como es hoy en día, algunos autores de ciencia ficción vaticinaron que existiría una realidad paralela al mundo físico. Esta realidad era una matriz que simbolizaba el mundo de las ideas platónico, creado por información e interacciones entre aquellos que fueran capaces de adentrarse en él. Allí estaba la realidad de todo lo que sucedía fuera, en el mundo físico.
Fue en 1984 cuando a esa realidad paralela se la denominó ciberespacio, en el relato de ciencia ficción Johnny Mnemonic, escrito por William Gibson, autor de la obra más importante del subgénero de ciencia ficción ciberpunk, la novela Neuromante.
El ciberpunk ya reunía la prospectiva del desarrollo de lo que hoy seguimos llamando tecnologías emergentes y son las que se abordarán en este Tema, por considerarse las cuatro disciplinas del saber y la técnica en cuya convergencia se vaticina, por parte de algunos expertos, que tanto los individuos como la sociedad y la especie humana será ciborg en un futuro no muy lejano.
Estas cuatro tecnologías emergentes, que avanzan hacia su fusión o convergencia, son la nanotecnología, la biotecnología, las neurociencias y las ciencias de la computación o tecnologías de la información y la comunicación (TICs).
Para William Gibson y otros autores ciberpunk, el destino de ese desarrollo tecnológico y la existencia del ciberespacio tienen un destino fatal. Las relaciones humanas ya no tienen sentido y cualquiera tiene acceso a la ingeniería genética y de tejidos, así como a la implantación de electrodos para aumentar sus capacidades cognitivas y mejorar sus cuerpos.
Dejando de lado la ciencia ficción, que resurgirá a medida que se intente dar respuesta a la pregunta, en combinación con obras de investigación y ensayo de no ficción sobre los avances de la ciencia, la técnica, la política, la economía y el modo de vida contemporáneo de los seres humanos, es decir, entre lo imaginable y lo real, a día de hoy ya somos un poco ciborgs. La comunicación sin móvil o Internet se vuelve deficiente, no imaginamos un mundo sin medicinas, hay opiniones en contra de la ingeniería genética pero a favor de la cirugía estética. Mientras opinamos, la ciencia y la técnica avanzan y ofrecen muchas posibilidades tanto para alargar la vida como para ser mejores de lo que somos. Unos piensan que jugamos a ser dioses. Otros que nunca hemos vivido mejor y con tanta salud gracias a los avances científicos.
¿Se detendrá la técnica o seguirá avanzando y colándose en nuestras vidas para facilitar o extender capacidades?, ¿Cómo nos afectará?, ¿Cómo participaremos en su progreso?, ¿El ciborg es nuestro futuro?
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