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Dependencia energética en España y decadencia social

Escrito por Josep Mompin el 08/07/2014 a las 22:30:28
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(Presidente de Honor de la Asociación Iberoamericana de Periodistas Especializados y Técnicos (AIPET))

 Día 12 abril 2014. Mientras en España tenemos una gran dependencia energética del exterior y pagamos un 20% más caro que la media europea en materia de gas y electricidad- lo que nos reduce drásticamente la competitividad empresarial-, políticos y demagogos se oponen no sólo a incrementar la producción de energía nuclear, sino también a que se perfore en busca de supuestos – y muy probables-  yacimientos de petróleo marino y de gas de esquisto. Ayer escuché una entrevista por TV a los presidentes de las Baleares, José Ramón Bauzá, y de las Islas Canarias, Paulino Rivero, negándose con toda rotundidad a que se perfore  en el mar que rodea a sus respectivos archipiélagos, alegando que una posible fuga de crudo pudiera llegar a contaminar sus costas, con el grave deterioro del turismo. Y en parte tienen razón; pero sólo en parte. Porque podemos y debemos explorar todas las posibilidades de hallar crudo y gas en territorio español, exigiendo las máximas garantías de seguridad medioambiental.

 
 
Resulta que REPSOL tiene la mejor tecnología mundial para hallar petróleo en el fondo marino, gracias al proyecto “Caleidoscopio” que le han ayudado a desarrollar los científicos del Barcelona Supercomputing Center- Centro Nacional de Supercomputación, y los españoles vamos a renunciar a explorar los más que seguros yacimientos que hay en las proximidades de las Islas Canarias e  Islas Baleares, y en las costas de Barcelona y Tarragona. En el ínterin, el rey de Marruecos ha autorizado la extracción de petróleo marino en las aguas que lindan con las aguas juridiscionales de Canarias. Mucho me temo que cuando España autorice las perforaciones en aguas Canarias, Marruecos ya nos estará “succionando” la bolsa de crudo que compartimos…
 
 
Otro tanto ocurre con el gas de enquisto, obtenido mediante la técnica del “fracking”, que tanto España como Europa mantienen la prohibición de su uso por temores medioambientales, mientras que en EE.UU. llevan camino de convertirse en un país autosuficiente en gas, gracias a esta técnica. Y para el año 2017 este país podría ser autosuficiente también en petróleo, lo cual hace que a los europeos nos cueste hoy el petróleo el doble de los que paga EE.UU., mientras que el gas, nos cuesta tres veces más que en dicho país. ¿Hace falta explicar en qué medida está afectando y afectará aún más en el futuro a la economía mundial este hecho? ¿Y  Europa podrá competir con Estados Unidos y con China, países en los que no se hace demagogia con la obtención de recursos naturales?.
 
 
Pero veamos cómo está la situación europea  en materia energética:
 
-        Origen de la electricidad en la Unión Europea de los 27 países:
 
•       56,2% combustibles fósiles (gas, carbón y petróleo)
•       28% nuclear
•       9,3% hidráulica
•       6,5% renovables
 
-        Dependencia europea del gas proveniente de Rusia:
 
•       100% en Estonia, Lituania y Letonia
•       97,5% Rumanía
•       69,5% Polonia
•       44,3% Alemania
•       60% Ukrania
•       0% España
 
-        Origen de la electricidad en España
 
•       21,1% eólica
•       21% nuclear
•       14,6 carbón
•       14,4 hidraulica
•       12,4 cogeneración
•       9,6% ciclo combinado
•       3,1% solar fotovoltaica
•       2% térmica renovable
•       1,8% solar termoeléctrica
        
 
La dependencia energética del exterior o la autosuficiencia energética son los factores que, en mayor medida van a determinar el progreso o la decadencia de las sociedades futuras. El profesor del IESE, José Luis Cardenete, afirma que “nos estamos perdiendo el cambio de paradigma a nivel global que se está produciendo”. Si, como todo apunta,  a que EE.UU dentro de 10 años será un país autosuficiente en petróleo y gas, vamos a tener un serio problema, porque dejará de ser el “paraguas político, económico y militar” para Europa. De Oriente Medio sólo le interesará el estado de Israel; del resto, que se “ocupen” otros…
 
 
España es uno de los dos o tres países líderes mundiales en tecnología eólica y fotovoltaica, y sin embargo, el Estado no hace más que ponerle pegas y retirarle las subvenciones que en su día le prometió, con objeto de fomentar la investigación y la instalación de parques eólicos y huertos solares; muchas empresas y hasta particulares que invirtieron importantes cantidades de dinero ante la oferta del Gobierno, hoy ven cómo se han pillado los dedos con inversiones multimillonarias que no pueden amortizar ante una clara inseguridad jurídica – excepcional, cierto-, pero incumplimiento gubernamental.
 
 
Por su parte, la crisis económica en la  Unión Europea, ha “enfriado” el entusiasmo por frenar el cambio climático e instaurar un nuevo modelo energético. Hace 7 años, la UE aprobó la estrategia 20-20-20 (reducir un 20% las emisiones de CO2, incrementar hasta un 20% la producción de energías renovables, un reducir un 20% el consumo energético). Nada de eso se está cumpliendo. Reino Unido y Francia se han decantado claramente por la energía nuclear. Mientras Londres apuesta claramente por el “fracking”, París , España y otros muchos países de la Unión, lo prohíben…
 
 
Y en el ínterin, España se gasta 41.000 millones de euros en importar energía, que pagamos un 20% más cara que la media de países europeos. La autonomía energética- o al menos una reducción significativa de la dependencia) equivale a competitividad, es empleo, son servicios públicos sostenibles y, en definitiva,  calidad de vida
 
 
La energía está cambiando el equilibrio del mundo industrializado, pero aquí no nos hemos enterado. Ni el Gobierno, ni los demás partidos políticos se atreven a hablar y a debatir sobre ello; tienen miedo a la impopularidad. Varias veces he comentado que en este país los gobernantes tienen miedo a las manifestaciones; no hay quien se atreva aponer una central nuclear cerca de una población; no hay quien se atreva a poner una incineradora de residuos urbanos, una cárcel o cualquier otra infraestructura que no “guste” a una parte de la población, o de los ecologistas de turno. A no ser que el Estado “riegue” al ayuntamiento o a la Comunidad Autónoma con substanciosas subvenciones, dinero fresco, o infraestructuras de lujo. ¡Vamos, un chantaje puro y duro!
 
 
Un ruego al Gobierno: decídase de una vez por todas en poner en marcha  un plan estratégico que reduzca nuestra dependencia energética de terceros. Autoricen las plataformas marinas y el “fracking”, con todas las medidas de seguridad que quieran; marquen una zona de exclusión mínima donde no se permitan ni sondeos ni extracciones, pero por amor de Dios, ¡garanticemos el progreso y la calidad de vida para las futuras generaciones!