Derecho al voto saludableEscrito por Iker Bilbao el 16/02/2021 a las 21:47:173487
(Enginyer Lliure-exercent y freelance. Membre del Grup de Treball de Seguretat de la Informació de Telecos.cat) Utilizo el termino saludable como sinónimo de seguro para la salud. Nunca imaginamos el estado de ciencia ficción que vivimos, jamás que volvería el dilema de votar o mantenerse a salvo (sano) y que sería por un virus. Se vive con preocupación y ansiedad el hecho de ir a votar, más aún el de participar en una mesa atendiendo a los vecinos de los que llevamos meses manteniendo la distancia. Se perderán votos por no estar preparados, la democracia hoy no lo es tanto.
Resulta difícil creer que el ejercicio de un derecho esencial quede fuera del nuevo mundo digitalizado. Se anima a la ciudadania a usar métodos online para el dia a dia por tratarse de vias más sanas, seguras, cómodas y ecológicas. Vivimos una mezcla de resignación y agotamiento cuando se nos pide juntarnos y relacionarnos en contra de las recomendaciones recibidas en el ultimo año.
En este clima se hace difícil entender que sea seguro teletrabajar con datos sensibles, el comercio electrónico en general, realizar trámites burocráticos online (como pago de impuestos), toda la banca electronica, recibir asistencia médica, el uso de monedas virtuales pero votar no lo sea.
La tecnologia del voto electronico lleva años en desarrollo y existen casos de éxito con el referente de Estonia.
El voto electrónico, además de anónimo, trazable y cifrado puede ser monitorizado y auditado a posteriori de forma totalmente confidencial. Incluso en caso de sospecha podrían encontrarse maneras de, respetando el anonimato, solicitar el volver a votar o llegar a anular un grupo concreto de votos sospechosos. No se lleve las manos a la cabeza: no parece una merma respecto a la decision subjetiva de los miembros de mesa que por un dia son jueces sin formación de papeletas/votos nulos. De rebote se perdería además el recuento de votantes por parte de miembros de los partidos a las puertas de los colegios electorales, algo que personalmente siempre me ha molestado.
No dudo que parte del problema presente aspectos psicológicos y de confianza por parte del usuario. Soy ingeniero, no soy quien debe aportar soluciones en ese ámbito pero el hecho de que "no se ve" el voto físico no me genera más sorpresa que el hecho de no ver euros de papel en mi cuenta on-line.
En estos casos la administración pública debe convertirse en la promotora de una nueva tecnología que promoverá productos y servicios. Es la administración quien debe generar confianza en los métodos online para impulsar la mejora de la seguridad en los procedimientos online de otros servicios actuales así como la digitalzacion de otros servicios sensibles.
Se han llevado a cabo diferentes pruebas en nuestro país y es de uso habitual en paises como Suiza, Canadá, Australia, Venezuela, México o Estonia que han servido para impulsar una digitalización profunda en su sociedad. Algunas de las empresas proveedoras de esta tecnologia son españolas, reafirmando el dicho de que nadie es profeta en su tierra.
Naciendo de la desconfianza: si la tecnologia actual no es suficientemente segura para el voto electrónico, ¿es segura para mi dinero, datos personales, trabajo?. Debe responderse rotundamente que sí es segura pero falta demostrarlo a la ciudadanía. La administración falla en reafirmar la confianza en un mundo digital que permita la digitalización de viejos servicios, la creacion de otros nuevos. La industria de la ciberseguridad echa en falta su impulso.
La realidad no puede esperar y el no estar preparados afecta ya a la salud de nuestra democracia.
No participarán más individuos y más a menudo si fuese más cómodo hacerlo? No se conseguiría una mayor participacion y la posibilidad de expresarnos más a menudo?
La adopción de la tecnología por parte del usuario no parece ya una barrera cuando se hace difícil hoy encontrar a alguien que no haya participado nunca en una videollamada. |