Diferencias entre la creación de empresas en USA y EspañaEscrito por Javier Lopez-Tenessa el 04/12/2012 a las 20:59:334819
(Javier Pérez-Tenessa, fundador y CEO de ODIGEO) En Europa y, por consiguiente, en España, no existen grandes asociaciones que aglutinen a la mayoría de los investigadores y docentes, y que al mismo tiempo, sean reconocidas como
referencia en el campo, a diferencia de lo que ocurre en Norteamérica. Digamos que en España
no existe ese gran “punto de encuentro” como es Silicon Valley. Y nos hemos de preguntar:
¿Por qué?
El primero punto en el que hay que incidir es en la educación para la creación de empresas.
La educación empresarial en los Estados Unidos tiene claramente como su principal objetivo la
creación de una conciencia, una comprensión y una motivación hacia la propiedad de pequeñas
empresas independientes. Para ello es sumamente importante la contribución de entidades
como Harvard o Stanford, que gestionan de manera excelente el acoplamiento de la innovación
y las ganas de los jóvenes estudiantes con la empresa y la realidad del día a día. La universidad
en Europa y en España, en cambio, tiene un componente demasiado teórico. Al actual modelo
universitario le urge un cambio muy importante, en el que se introduzca mucha más práctica
en las diferentes carreras que se ofrecen, orientando a los futuros titulados sobre cómo iniciar
un proyecto empresarial por su cuenta y fomentando el espíritu emprendedor. En este sentido,
instituciones y centros de negocios como ESADE, IESE o IE están jugando, desde hace varios
años, un papel importante para revertir esta situación.
Además, conviene tener interiorizado la ecuación riesgo-recompensa como sucede en
los Estados Unidos, donde la visión del fracaso es menos severa que en España, donde
hay demasiada tendencia a ver únicamente la parte del riesgo. Aquí un emprendedor es
responsable legal del fracaso de su empresa y las indemnizaciones al cerrar su empresa le
pueden perseguir el resto de su vida, algo que no sucede en los Estados Unidos. Pocos son
los que reconocen el proceso, lo conseguido y lo experimentado durante el camino que el
emprendedor va recorriendo. En los EE.UU no se penaliza el fracaso porque quien falla en una
empresa tiene una experiencia inmejorable para la siguiente.
En tercer lugar hay que hacer hincapié en la diferente regulación entre uno y otro país. Los
norteamericanos tienen un gran mercado perfectamente homogéneo y una legislación con
menos restricciones, más flexible y con una mayor agilidad en la gestión. Nosotros tenemos 20
reglas en los 20 Países Miembros y 20 reglas más en cada comunidad autónoma. Las distintas
culturas, idiomas y leyes hacen muy difícil la planificación de lanzamientos de productos
europeos. En Europa, el nivel de protección social es mucho más elevado, y se tiende a
otorgar un papel mucho más destacado a las distintas instituciones y organizaciones (Estado,
sindicatos, asociaciones, consumidores, etc.).
La falta de cultura emprendedora y la excesiva regulación frenan, por tanto, la creación de
empresas tecnológicas. Para provocar una modificación generalizada de la consideración de la
opción empresarial se requiere una actuación decidida a lo largo de todo el sistema educativo.
Es muy posible que esas medidas llevasen a una mayor tasa de creación de empresas. Sin
embargo, hay que tener en cuenta que podría producirse simultáneamente una reducción en
los niveles de solidaridad y conciencia social de los ciudadanos.
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