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Economía española: presente y futuro

Escrito por Daniel Carrasco Gómez el 07/12/2011 a las 16:52:28
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(Dirección de Macroeconomía, Renta Fija y Divisas del Banco Sabadell)

La economía española permanece en una situación próxima al estancamiento, afectada, entre otros factores, por el proceso de ajuste del sector inmobiliario, el carácter restrictivo de la política fiscal y la persistente inestabilidad en los mercados financieros internacionales. Este último aspecto está relacionado con aspectos como la crítica situación de Grecia, las dificultades para avanzar de forma decidida en términos de gobernanza europea y, más recientemente, por los temores a una nueva recesión a nivel global.

 


En este complicado entorno económico y financiero, España ha adoptado reformas estructurales como la del mercado de trabajo, ha avanzado de forma decidida en la reestructuración del sistema financiero y ha dado importantes pasos para reconducir sus cuentas públicas. En este último sentido, se han venido cumpliendo los objetivos fiscales, al tiempo que se ha reforzado la transparencia fiscal de las Comunidades Autónomas. Además, se ha introducido una reforma del sistema de pensiones, con el fin de combatir el impacto fiscal en el largo plazo asociado al envejecimiento poblacional. Por último, se ha modificado el marco operativo de la política fiscal para dotar de solidez a las finanzas públicas de manera más permanente. En particular, se ha introducido una cláusula de estabilidad presupuestaria a nivel constitucional y se ha establecido una regla del gasto público que vincula el crecimiento del mismo con el crecimiento a medio plazo de la economía.
 

 

De cara a 2012, la economía española continuará sin ofrecer grandes alegrías en términos de crecimiento económico. En particular, la demanda doméstica se seguirá viendo lastrada por un mercado laboral todavía frágil, la continuidad en el proceso de desapalancamiento del sector privado y un ajuste fiscal todavía exigente. Las exportaciones deberían seguir representando un factor de apoyo a la actividad, en un contexto en que la economía global mantendrá un dinamismo razonable.
 

 

El camino por recorrer en adelante es largo y no estará exento de obstáculos. La credibilidad fiscal de nuestro país se seguirá mirando con lupa. España deberá mantener el rigor en el cumplimiento de sus compromisos fiscales y la austeridad deberá ser la nota predominante. En este sentido, resulta necesaria una mayor concreción de las medidas de consolidación fiscal a implementar y que el rigor en el cumplimiento del ajuste fiscal sea mantenido por todas las Administraciones. Adicionalmente, resulta necesario avanzar hacia un funcionamiento más eficiente del sector público, seguir aumentando la transparencia fiscal de las Entidades Territoriales y reformar el sistema sanitario, ante los problemas de sostenibilidad existentes en el mismo bajo el esquema actual.
 

 

El ajuste fiscal, por su parte, seguirá limitando la capacidad de crecimiento de la economía en los próximos años. Por ello, además de ser selectivos en las medidas de ajuste adoptadas, también será muy importante avanzar de forma decidida en las reformas estructurales, para fortalecer la competitividad y sentar las bases de un crecimiento sostenido y más elevado a medio plazo. En particular, se debe profundizar en la reforma laboral, con el fin de eliminar la dualidad y garantizar la adaptación de los salarios a la coyuntura económica y a la situación de las empresas. Asimismo, se deben abordar las deficiencias del sistema educativo, simplificar la regulación para facilitar la actividad empresarial, fomentar un marco que favorezca el desarrollo de empresas de mayor tamaño, pues son relativamente más productivas, y apoyar a las empresas en su orientación al exterior, en particular hacia las regiones con mayor potencial de crecimiento económico. Por último, también se deberá completar la reestructuración del sector financiero, dando continuidad al proceso de saneamiento de los balances, avanzando en los procesos de integración y reduciendo el exceso de capacidad instalada.
 

 

De esta forma, España habrá puesto los ingredientes para reconducir la situación. El calendario para devolver a la economía a una senda de crecimiento económico más sostenido dependerá de la ambición con la que se acometan estas reformas. En este punto, también es importante señalar que un entorno económico más benigno para España requiere una situación también de mayor estabilidad en los mercados internacionales de capital. En este sentido, resultará crucial que Europa avance de forma decidida en la articulación de mecanismos que salvaguarden la estabilidad financiera en la región.
 

 

Para concluir, señalar que de la crisis económica, hemos aprendido lo importante que resulta para un país poseer unas cuentas públicas saneadas, pero también una situación financiera saludable del sector privado y una dependencia manejable de la financiación exterior. A nivel de Europa, por su parte, se han puesto de manifiesto debilidades en el entramado institucional y la necesidad de avanzar en el gobernanza económica.