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Educación y empresa

Escrito por Alfons Banda Tarradellas el 16/06/2010 a las 00:11:37
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(Pedagogical Director)

¿El sistema educativo fomenta el espíritu empresarial? Colocado por el editor delante de la pregunta me doy cuenta de que ésta es inédita para mí. En más de cuarenta años de implicación en la educación secundaria jamás nadie me la ha formulado ni yo me la he propuesto como tutor o como director académico. Esa observación conlleva ya una primera respuesta. Fomentar el espíritu empresarial no parece figurar entre los muchos propósitos de la educación formal que reciben nuestros adolescentes y jóvenes. Creo, incluso, que no es raro que el sistema escolar mire un poco por encima del hombro a determinados sectores de la actividad económica. Abordando la cuestión desde otro ángulo empecemos por decir que el mandato social, que el sistema escolar ha recibido de la sociedad, le impone trabajar en dos ámbitos: el de las competencias elementales en el orden instrumental-intelectual (lenguaje, lógica, memoria,?) i el de las competencias sociales básicas (en un marco de valores mínimos compartidos).Se trata, en definitiva, de ayudar a entender, a expresarse i a saber vivir en sociedad. Eso es algo que empieza bien en los niveles obligatorios inferiores y se acaba como se puede en los obligatorios superiores en donde la necesaria colaboración de la familia, y la del propio sujeto de la educación, es más incierta. Progresando a partir de esas competencias básicas se van adquiriendo no sólo nuevas competencias cognitivas o emocionales sino que aparecen horizontes nuevos. Por ejemplo el horizonte profesional. La emergencia de una voluntad que guía hacia una meta profesional más o menos definida es algo mucho más personal que la simple adquisición de competencias. Es evidente que el sistema escolar tiene más que ver con la adquisición de competencias que con la orientación profesional, pero no resulta ajeno a ella. Nadie puede sentirse inclinado a ser matemático antes de poseer unos mínimos conocimientos de matemáticas, ni a ser abogado sin alguna idea sobre el funcionamiento de la sociedad. Nadie se orienta hacia una profesión que no tiene lugar en su imaginario. Así, muy pocos adolescentes deben concebir la aspiración de llegar a ser empresarios si no es por mimetismo familiar. Hasta aquí estamos respondiendo negativamente a la pregunta formulada pero quiero añadir una observación que puede variar el signo de la respuesta. Si consideramos cuales son las cualidades y características de las personas dotadas con espíritu empresarial vamos a coincidir en que se trata de personas activas y constantes, con capacidad de superación, decisoras, atraídas por la innovación, que valoran altamente la autonomía,? Finalmente creo que este es el enfoque adecuado para la cuestión propuesta: el sistema escolar fomenta el espíritu empresarial en la medida que fomenta el espíritu activo, la constancia en el esfuerzo, la capacidad para tomar decisiones, la creatividad, la autonomía, y todas aquellas cualidades que consideramos que son necesarias para liderar un proyecto empresarial. Y todo ello depende mucho más de los educadores que del sistema en el que se enmarca su trabajo. Alfons Banda T. Ex Director Adjunto de Pedagogía Interactiva