El modelo docente híbrido: una realidad en la universidadEscrito por Ariadna Llorens el 11/10/2020 a las 09:30:453944
(Profesora UPC) Si podemos sacar una lección, entre otras muchas, de lo vivido estos pasados meses de confinamiento, es que la planificación docente en las universidades sirve para situaciones de continuidad, pero ante crisis impensables como la pandemia del coronavirus, tenemos que dejarla de lado para apoyarnos en otros factores.
Factores como, y destacaría de forma prioritaria, la adaptación al cambio, el compromiso educativo, la flexibilidad en las formas y los enfoques docentes, y, sobre todo, la integración de lo humano y relacional en nuestra labor docente. Competencias competitivas sostenibles para afrontar situaciones vitales tan difíciles e imprevisibles, como las acontecidas durante el pasado curso académico 2019/2020, que tanto han afectado a nuestro alumnado y a nuestra propia realidad como profesores y responsables educativos, y que posiblemente seguirán el próximo periodo escolar.
Porqué, si es evidente que repensar la educación y las formas de enseñanza-aprendizaje es una necesidad constante en el ámbito académico, sin duda, esta crisis lo ha convertido en algo urgente y sin vuelta atrás. Y ello, es en sí mismo, un efecto positivo en las instituciones universitarias, que tan resistentes suelen ser a los cambios y que tan lentamente modifican sus trayectorias.
Y es que ciertamente, hay otras muchas lecciones que hemos aprendido de este reto vital global que nos ha impactado de forma accidentada en el entorno docente. Por ejemplo, cuan esencial es mantener un sistema de formación continua del profesorado que lo apoye y ayude a encarar situaciones de cambio docente tan complejas. O qué importante es el seguimiento y el análisis cualitativo y cuantitativo del funcionamiento de los diferentes campus virtuales, que han sido el pilar de la docencia online. Y qué imprescindible se ha vuelto mantener la motivación de nuestro alumnado y fomentar la relación con su referente docente: profesor, escuela, universidad o grupo-clase.
Para una universidad tecnológica referente, como la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC), contar con un profesorado especialmente competente en tecnología y una estructura organizativa con un alto grado de desarrollo TIC, son fortalezas importantes ante la situación actual. Cómo también la gran cohesión de nuestro alumnado y su propia capacidad para incluir herramientas informáticas en su día a día docente.
Porqué, pese al fácil enfoque crítico basado en la gran verdad de que “siempre todo es mejorable”, hay muchas oportunidades que hemos sabido aprovechar de la crisis de origen sanitario. Grandes oportunidades como el reciclaje masivo del profesorado, el replanteamiento ejecutivo de las diferentes metodologías docentes, y la validación de la importancia de la personalización del aprendizaje del alumnado universitario y de fomentar su formación competencial. Propósitos que la docencia online, la tele enseñanza, está convirtiendo en realidades.
Activos que han sido la contrapartida a amenazas claras, como es la falta de interacción física, la sobrecarga inicial de trabajo, o la dificultad de asegurar una evaluación justa y proporcionada, que han venido a restar cierta calidad docente, por el abrupto cambio a una enseñanza no presencial. Retos y oportunidades, que posicionan a los Institutos de Ciencias de la Educación (ICE) como elementos clave del replanteamiento estratégico educativo para el futuro inmediato de la educación superior.
No obstante, sólo desde el liderazgo real del vértice estratégico de las universidades y el alto compromiso de su profesorado, apoyado por los suficientes recursos económicos y las directrices claras del estamento político educativo, será factible estabilizar una estrategia digital robusta y eficiente que permita afianzar el modelo híbrido en la universidad.
Un modelo, que ha llegado para quedarse, y tiene como principal objetivo mantener los estándares de calidad necesarios y el nivel de atracción suficiente, para seguir dotando a nuestra sociedad del mejor y único recurso que puede afianzar toda economía, especialmente tras la crisis vivida, el talento de nuestros profesionales universitarios. El talento de los futuros titulados que tienen ante sí uno de los mayores retos generacionales, desde la segunda guerra mundial o la guerra civil, reconstruir una modelo económico y social que debería ser mejor para todos, y asentar las bases de una sociedad y de su sistema educativo, que tienen en la tecnología una gran fortaleza, pero que también puede convertirse en su gran decepción.
Ariadna Llorens Directora ICE UPC Agosto 2020 |