El reto de las tecnologías en la enseñanzaEscrito por Pepe Menendez el 09/05/2012 a las 00:54:363087
(Centre de Tecnologías Ituarte (CETEI). Fundación Joan XXIII – Jesuitas Educación) ¿Cuál es la razón principal que debe inducir de manera decidida a las autoridades y a los centros educativos a impulsar un uso normalizado, innovador y efectivo de las tecnologías propias del siglo XXI en las aulas de nuestros centros educativos? El motivo central de esta decisión es el cambio de paradigma que supone pasar de centros que enseñaban a centros que deben garantizar el aprendizaje. No es un mero juego semántico. No es lo mismo proponerse explicar bien y transmitir información, que es un proceso de instrucción, que proponerse que la gran mayoría de los alumnos aprendan conocimientos y adquieran unas capacidades básicas, que es un proceso de aprendizaje. Es el cambio de paradigma más relevante que se ha dado en la educación, desde que los estados se propusieron la escolarización obligatoria de toda la ciudadanía. El propio concepto de ciudadanía ha adquirido una concepción especial, en cuanto se relaciona con dos parámetros fundamentales: por un lado, saber convivir para ejercer una ciudadanía responsable y solidaria; y, por otro lado, adquirir competencias de lectura, escritura, ciencias y comunicación para ser autónomo y disponer de criterio propio en el contexto de sociedades complejas. El trabajo en el aula devine en esta concepción como un proceso de preparación para la incorporación a la sociedad y al mundo del trabajo. Ya no se trata de aplicar una metodología única, sino de aplicar diversidad de maneras de aprender que nos acercan al trabajo colaborativo, al trabajo en equipo y a la capacidad de búsqueda y selección de información, propios de una sociedad avanzada del siglo XXI. Explorar, expresarse e intercambiar conocimiento resultan estratégicos en este nuevo paradigma del aprendizaje. Y han sido los cambios tecnológicos los que han puesto sobre la mesa estas nuevas competencias. A menudo no somos suficientemente conscientes de que las decisiones que tomamos en el ámbito tecnológico condicionan el corazón de nuestros planteamientos pedagógicos. La falta de conocimiento e incluso de interés de las direcciones de los centros educativos resulta la mayor amenaza que pueda haber para que el sector de la educación dé el salto tecnológico que necesita. No es tanta la dificultad económica como la necesidad de dar un giro copernicano a la cultura de las organizaciones educativas, en relación al planteamiento del uso de la tecnología respecto a la estrategia del trabajo en equipo de los profesores, y de las estrategias pedagógicas en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Esta escuela de nuestro siglo está caracterizada por cambios constantes, que piden a los docentes una evaluación y adaptación permanente. Cambios en la sociología de las personas, tecnologías emergentes, instalaciones escolares que se deterioran, recursos que suben y bajan, economía inestable, sociedad y familias que dirigen constantes requerimientos a la escuela. Que el gasto tecnológico de los centros sea para inversión y se utilice para la innovación, y no solo para el mantenimiento, resulta estratégico para una educación que responda a los requerimientos de nuestra sociedad y de una economía competitiva. Pepe Menéndez |