El romanticismo del libre ejercicioEscrito por Antoni Brey el 10/06/2007 a las 18:51:252090
(Enginyer de Telecomunicació) El sueño: trabajar para uno mismo, sin jefes, y sin la responsabilidad de sostener y dirigir un equipo humano, siempre inestable y problemático. Que nos paguem porque difrutamos de un conocimiento especializado del que otros no disponen, ya sea de tipo técnico o procedimental. La realidad: el entorno laboral es, en la práctica, un equilibrio dinámico que requiere una realimentación constante para mantener la estabilidad. Cualquier persona que decide emprender el camino de trabajar por su cuenta y riesgo en muy poco tiempo se da cuenta que debe elegir entre la inquietud constante de caer en el subempleo o saltar a organizar una estructura cada vez más compleja, una empresa. El libreejerciente se ve obligado a buscar constantemente resquícios donde mantener su frágil equilibrio en el entramado económico de una sociedad. El problema hoy es que, en un entorno altamente cambiante, tales micro-ecosistemas pueden evaporarse con la misma facilidad con la que aparecieron, ya sea por cambios normativos, caprichos del mercado, evolución tecnológica o demás imprevistos. Así, desde mi punto de vista, el libreejerciente puro, independiente y solitario, se está conviritiendo en una figura casi romántica que tiene un encaje cada vez más complicado en nuestro tiempo. El libre ejercicio de una profesión puede ser una etapa, difícilmente un destino. |