¿Frenos a la transformación digital del taxi?Escrito por Slivia Leal el 06/11/2018 a las 13:51:313294
(experta en e-Liderazgo y transformacion digital) Si hay un sector particularmente “alborotado” por la llegada de tanta tecnología, ese es el mundo del taxi. A él han llegado (y llegarán) muchísimos cambios, aunque, por el momento, los clientes lo estamos notando sobre todo en la relación del conductor, un espacio en el que hemos ganado transparencia y, no nos engañemos, también mucha fuerza. Sin embargo, ese es tan solo el principio de lo que parece que será una revolución, por lo que hoy muchos se preguntan: ¿y no se debería frenar? ¡Son tantos los problemas!
Por esa razón, podríamos mirar al futuro y preguntarnos, por ejemplo, con cuantos trabajos podría acabar el coche autónomo cuando llegue, dado que llegará... No obstante, puesto que no parece algo inminente, y dado que tenemos muchas cosas que resolver antes, ¿por qué no centrarnos mejor en lo que está sucediendo ahora?
Y, puesto que nada mejor que un caso real para poder reflexionar sobre un tema así, quisiera aprovechar el momento para compartir mi experiencia con mytaxi en mi último viaje a Alemania, un viaje en el que pude comprobar que disfrutar del progreso, también aquí, ha llegado para quedarse y para hacernos la vida un poco más fácil.
Fui a un Congreso Internacional, dispuesta a disfrutar al máximo de la experiencia y, sobre todo, a seguir recopilando información sobre el futuro hacia el que vamos. Una jornada apasionante, cargada de innovación y mucho networking, por lo que llegué con la determinación de aprovechar hasta el último segundo, calculando, como es lógico, los tiempos de vuelta para no correr riesgos, pero también para minimizar mi estancia en el aeropuerto (ya llevo muchas horas, semanas, meses acumulados de minutos de espera). Para ello, ¿qué mejor que controlar bien las distancias previstas por Google al aeropuerto? No falla (casi) nunca y permite optimizar. Me da mucha seguridad, pero ese día no contaba con que en mis cálculos debería incorporar la cola de espera para conseguir un taxi en la ciudad.
¡No os podéis imaginar mi sorpresa al ver casi 200 personas y un goteo de un taxi cada tres minutos! ¡Y yo con un margen de hora y cuarto para subir a un avión! ¿Mi primera impresión? Frustración. Lo confieso. Conmigo misma, por ir por ahí con tanta confianza sobre el transporte de una ciudad como esa. ¡Berlín! Y poco después llegó la sorpresa. ¿Por qué esperaba toda la cola impasible la llegada de un taxi, sin hacer mucho más que protestar?
No sabía si funcionaría, pero lo tenía que intentar, así que saqué el móvil, abrí mytaxi, y a los siete minutos de reloj, llegaba allí un señor dispuesto a llevarme al aeropuerto, cargado de paciencia, cuando estaba a punto de empezar un posible ataque de nervios.
Y, por todo ello, yo me pregunto: ¿por qué nos sumamos a una cola, cuando no hay necesidad, por el mero hecho de no perder el sitio frente al riesgo de que siga creciendo? ¿Por qué nos subimos a vehículos que no huelen bien, paralizados por el miedo de no llegar a tiempo a una reunión si no llega el siguiente? ¿Por qué aguantamos una emisora que no nos gusta ni interesa nada, para no molestar al conductor y generar una situación tensa que, desde que empieza, solo puede ir a peor? ¡Pudiendo elegir! Pudiendo disfrutar de las experiencias y valoraciones de otras personas que ya pasaron por allí, y que las compartieron con los demás… Es lo que trae la transformación digital, y yo lo voy a disfrutar a tope. |