¿Hay competencia en España? , preguntas mientras clavas en mi pupila tu pupila azulEscrito por José López Tafall el 03/03/2010 a las 13:05:252740
(Director Relaciones Institucionales) ... pues es una muy buena pregunta que, aplicada a las telecomunicaciones, me temo que no puede responderse en dos versos, como lo haría Bécquer. La primera razón es objetiva. Una vez aceptado que la competencia perfecta sólo existe en los libros, determinar el nivel de competencia mínimo en un mercado es una tarea casi imposible y, al final, muy subjetiva. Comenzando por la complejidad de definir el servicio (¿qué es sustituible?, ¿hasta qué nivel?), continuando por la dificultad de definir su alcance geográfico (¿estudiamos mercados locales, nacionales,...?), prosiguiendo con la variable temporal (¿competencia estática o dinámica?) y añadiendo unos leves toques cualitativos (¿cómo afecta la marca, el prestigio, la historia o la capacidad de influencia?,...), acabamos con la tradicional "empanada" que resulta de aplicar a problemas socio-económicos un criterio sólo cuantitativo. Ayuda, pero el resultado no es exacto. Para complicarlo más, la cuestión, al igual que la de Bécquer al preguntar su amada qué es poesía, tiene trampa: el que la formula busca que la respuesta le sirva para sus propios fines (en el caso del poema, nos los podemos imaginar). Aquí también, y por eso no sorprende que en los últimos años hayamos oído contundentes declaraciones indicando que ya hay mucha competencia en España y, también, su contrario. Y todo ello de empresas serias, profesionales y con prestigio. Simplemente, buscan objetivos distintos y, cabe pensar, tienen conceptos diferentes de lo que es competencia. Pero hay que mojarse. Creo, en primer lugar, que en España debemos estar satisfechos de lo avanzado en estos últimos años. Se nos olvida ahora que todavía en enero de 1998 sólo había una empresa en el sector fijo, y dos en el móvil, y la banda ancha no existía. La realidad es que en este tiempo, entre todos, hemos creado mucha competencia, aportado nuevos servicios y cambiado, para siempre, el mercado. Y aunque las cuotas del dominante en fijo o banda ancha hace años que prácticamente no bajan o incluso suben, o el status quo en móvil parece imposible de cambiar, hemos mejorado mucho. Hay que valorar lo que hemos conseguido. Precisamente por eso, debemos ser conscientes de que nos queda mucho por avanzar y no podemos permitirnos dar marcha atrás. Nuestra competencia ha crecido, es ya un adolescente...pero debemos seguir cuidándola. Y no porque sea débil, sino porque es joven y determinadas decisiones pueden afectarla. Un ejemplo son las futuras decisiones sobre el espectro y, en general, sobre los recursos escasos, que no deberían usarse para consolidar posiciones, sino para crear oportunidades. Fomentar la competencia debe ser el objetivo primero de toda medida. Y lo debe ser de los reguladores sectoriales, pero también de todos los agentes públicos. El impacto sobre la competencia de temas como la tasa de RTVE, o la configuración de sectores que, como el audiovisual, son ya parte de las TIC, es manifiestamente mejorable. Y los errores de política los pagan más los más pequeños que son, paradójicamente, los que más interés tienen en que se mueva el mercado. Así que la respuesta es sí, hay más competencia... y mucho cuidadito con ella. José López-Tafall |