Innovación y tecnologías de la información y las comunicacionesEscrito por Antonio Elias el 11/11/2014 a las 18:23:364267
(Catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluny (UPC)) Every two days now we create as much information as we did from the dawn of civilization up until 2003. That’s something like 5 exabytes of data. Let me repeat that: we create as much information in two days now as we did from the dawn of man through 2003. Eric Schmidt, Google CEO. Techonomy conference in Lake Tahoe, CA. August 4th, 2010
La Innovación es, sobretodo, una actitud mental. Suele estar conducida por los mercados y propiciada por la tecnología, sin embargo, y aunque ésta no suele ser imprescindible, el entorno tecnológico que actualmente procuran las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), hace que la innovación en todas las áreas de la actividad humana sea una consecuencia inevitable.
Según Eric Schmidt en el año 2010 cada 6 meses se aportaban 450 exabytes de datos al universo digital, una cantidad del mismo orden de magnitud que la edad estimada del universo en segundos (432 Exasegundos). Probablemente, en la actualidad, este incremento de datos del universo digital se consiga en menos de un mes. Con estas cifras, pensar que no pasa nada, o que todo puede seguir como si nada pasara, es una temeridad.
Nuestro hábitat social, económico y cultural está cambiando de forma acelerada. El viejo consejo “Si funciona no lo toques” ha dejado de ser sabio, ha de ser substituido por “Si funciona, ve pensando en cambiarlo, anticipándolo, o por lo menos adaptándolo, a los nuevos entornos, o pronto dejará de funcionar”. La Innovación no es una moda, es una necesidad ineludible.
La incorporación de las tecnologías siempre se inicia como una innovación en los procedimientos, éstos se hacen más eficientes. Las TIC están demostrando su carácter transversal contribuyendo a la eficiencia de todos los sectores productivos. El segundo paso de la innovación tecnológica consiste en desarrollar nuevos productos y servicios, y en este caso las TIC están propiciando un cambio total, solamente comparable con la Revolución Industrial.
Estamos en pleno desarrollo de un nuevo modelo social que a finales del siglo pasado se bautizó como Sociedad de la Información y que podemos considerar que empieza a imponerse en todas partes a partir del año 1995, con la eliminación de las últimas restricciones en el uso de Internet para transportar tráfico comercial y con la aparición, este mismo año, de la telefonía móvil digital GSM.
Casi veinte años después todos somos conocedores de que se han producido grandes cambios pero, ¿somos realmente conscientes del potencial que nos ofrecen los sistemas y servicios TIC?, ¿tenemos la sensación de que todos somos accesibles para todos, en cualquier lugar, y en cualquier momento?, ¿somos conocedores de que el “Smartphone” que llevábamos en el bolsillo tiene más capacidad de operación, "flops" (floating point operations per second), que un superordenador del año 2003?, y que, además, el "cloud computing" permite a ese dispositivo móvil comportarse como un terminal de un superordenador actual?, ¿estamos suficientemente alertados de que casi toda la información del mundo está en la red y es accesible "on-line”, incluidos nuestros datos personales y nuestros patrones de conducta, nuestra intimidad en definitiva?
Sucede que estamos en plena implantación de la Sociedad de la Información (S.I.). La economía se ha convertido en global, y está pidiendo a gritos una fuerte regulación para evitar que siga incrementando las diferencias sociales. Ha nacido una nueva cultura, la llamada cultura digital, caracterizada por una manera diferente de hacer las cosas, de relacionarnos, de enseñar y aprender, de construir comunidad, y tenemos que aprovecharla para procurar una estructuración social más justa, aunque todavía no vislumbremos su configuración final.
Desde el punto de vista de la producción de bienes y servicios, la transformación es muy acelerada: Cada día aparecen aplicaciones nuevas, algunas serán devastadoras, susceptibles de cambiar mercados que considerábamos consolidados. En muchos negocios las barreras de entrada han desaparecido (por ejemplo Uber Taxi). Las grandes corporaciones (BBVA, IBM, entre otras) se han dado cuenta de que son las pequeñas “start-ups” las que más fácilmente colocan productos y servicios innovadores, e intentan seducirlas mediante concursos y competiciones o mecenazgos para captar talento.
El diseño de nuevos productos y servicios con mentalidad de la era industrial: concepción, plan de trabajo, plan de negocio, estandarización etc., ya no resulta útil, por lento, para la Sociedad de la Información. En la S.I. lo que funciona son las series beta. Ideas innovadoras, errores, desastres, mejora o incremento del conocimiento, y reactivación de la iniciativa. Esta es el ciclo metodológico a seguir hasta obtener un éxito en el mercado global de la S.I.
La generación de los nuevos productos y servicios suele combinar, conocimientos técnicos, creatividad, experiencia en el sector, y habilidad financiera. Los nuevos talentos (creadores, innovadores y emprendedores), son creativos y tienen los conocimientos técnicos necesarios para innovar, pero en general, y por su juventud, suelen carecer de experiencia en los sectores donde quieren desarrollar su actividad, y necesitan complementar su equipo con algún experto en mecanismos financieros si quieren potenciar su propia star-up.
En la S.I. las empresas que consiguen consolidarse con éxito, disponen de empleados con talento, de jefes creativos capaces de apreciar la creatividad y el talento de su personal, a los que les facilitan un ambiente de libertad que les permite crear y prosperar de forma escalable. El talento necesita tecnología y libertad de acción. La categoría del empleado no es jerárquica sino que se relaciona con la importancia del proyecto que desarrolla. No se planifica en demasía, un plan de negocios siempre obstaculiza la libertad, pero sí que se documenta el objetivo del grupo y la forma de actuación y de toma de decisiones.
Para las empresas de la S.I. las TIC son un aprovisionamiento más, y para su gestión y máxima explotación deben disponer de dos personajes imprescindibles: El CIO (Chief Information Officer) responsable de los sistemas informáticos y de los servicios de telecomunicación de la empresa, y el CINO (Chief INnovation Officer) responsable de la gestión del proceso de innovación, explorador y generador de nuevas ideas, y también reconocedor y potenciador de las ideas innovadoras generadas por otras personas.
Concluyendo, aunque la tecnología no es imprescindible para la innovación, el nuevo entorno económico y social que han propiciado las TIC y que conocemos como Sociedad de la Información, ha procurado un “hábitat innovador” en el que la tecnología juega el papel de soporte básico que afecta a todos los sectores de la actividad humana. A nivel productivo, nuestra iniciativa tiene que ser, personal o colectivamente, innovadora y con distintivo propio. O innovamos o tendremos que reaccionar ante las innovaciones de los demás. Es la Sociedad de la Información.
Barcelona 2 de noviembre de 2014
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