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Intentamos aprender a ser

Escrito por Albert Sangrá el 31/03/2020 a las 13:11:13
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(Director acadèmic del Pla de doctorats industrials de la Generalitat de Catalunya)

Albert Sangrà,

Catedrático de la Universitat Oberta de Catalunya

Director del Programa de Doctorados Industriales

de la Generalitat de Catalunya

 

Cada uno observa la crisis que estamos viviendo en función de su propio entorno. Bajo un mismo techo pueden estar conviviendo distintas situaciones personales que nos pueden afectar de manera muy distinta. Personas que mantienen su trabajo en su totalidad y lo llevan a cabo mediante mecanismos de teletrabajo, autónomos que no tienen posibilidad de seguir generando ingresos porque su trabajo exige una presencia física y una movilidad permanente, trabajadores y trabajadoras que se han tenido que someter a un ERTE, a menudo con la consiguiente reducción de salario que puede implicar, y otras situaciones que existen y que no detallo por razones de espacio.

 

Aquellos que podemos trabajar desde casa y, por lo tanto, no vemos nuestros ingresos habituales amenazados, y a la vez, podemos sentirnos útiles a nuestra comunidad, debemos considerarnos unos privilegiados. Además, no tenemos que estar pensando todo el día en qué ocupar nuestro tiempo. En cualquier caso, algunas personas probablemente tienen que manejar esta situación intentando equilibrar el tiempo de dedicación al trabajo y a las necesidades que provengan del resto de la familia, como es el caso de muchos con hijos o hijas muy jóvenes.

 

Como tales privilegiados, tenemos que estar dispuestos a renunciar a algunas cosas para compensar a aquellos que estos días, y los que vendrán, se esfuerzan, ya sea para ayudar a otros –y quizás, a nosotros mismos-, o para poder subsistir con los recursos de que disponen.

 

Estamos aprendiendo a tener paciencia, a entender a los otros y a entendernos mejor a nosotros mismos, a pensar en qué podríamos contribuir. Estamos creciendo. Ante actitudes centralizadoras, de sobreprotección a menudo inútil, debe destacar la importancia que tiene empoderar a las personas para que puedan tomar sus propias decisiones de acuerdo con el bien común. De esta crisis –y de muchas otras- saldremos si todos y cada uno de nosotros desarrolla una conciencia individual que esté en sintonía con una conciencia colectiva, y eso no se hace a la fuerza, sino comprendiéndolo y aceptándolo. Cualquier imposición no será un aprendizaje para la próxima vez. En cambio, la asunción de nuestra propia capacidad de respuesta quedará en nosotros para siempre.

 

A pesar de la caterva de predicciones que estos días ya nos dicen qué pasará el día después, creo que es aún pronto para saber si cambiará alguna cosa, grande o pequeña. Es obvio que va a depender del tiempo que esta situación se prolongue, y de si va a haber más períodos de confinamiento. Es posible, cierto, que cambien cosas. Sobre todo, sería bueno que cambiasen algunas de nuestras percepciones sobre aspectos que estos días se están poniendo en evidencia: la necesidad de tener un buen sistema sanitario que disponga de los recursos necesarios; la solidaridad de cada uno cuando realiza acciones que pueden perjudicar a otros; la importancia de las personas que tienes más cerca y, que, por cualquier motivo habías olvidado que comparten la vida contigo; el potencial de la educación online para dar respuestas en tiempos de crisis y de no crisis; la necesidad de hacer posible que Internet sea un derecho universal recogido en las constituciones de todos los países; reconocer que, de la misma forma que los Gobiernos facilitan libros de textos a familias en situaciones de dificultad, podría facilitar dispositivos móviles para que continuasen aprendiendo …

 

Esta sería la parte positiva. Cierto que también puede existir una parte negativa: el miedo, que durará probablemente un cierto tiempo, a acercarse mucho a personas desconocidas, a participar en actos abiertos y multitudinarios, a viajar con normalidad…

 

Solo espero que, entre todos, superemos esta situación y hagamos que los cambios positivos sean muchos y mejores que los negativos. Dependerá, en buena parte, de nosotros mismos.