La fibra sensible del cableEscrito por Dr. Joan Francesc Fondevila Gascón el 23/01/2018 a las 18:14:565955
(Professor titular d'Universitat ) Desde las vetustas redes de televisión por cable que surgieron en Estados Unidos a finales de la década de los 40 del siglo XX, y en España (como optimización del vídeo comunitario y de la Community Antenna TV) en los 50, ha llovido mucho. A cántaros.
La raíz estratégica de la infraestructura telecomunicativa subyace en la evolución del cable. De hecho, en los primeros documentos legislativos sobre esta tecnología se apelaba, además de la correcta recepción de las ondas hertzianas televisivas, sobre todo a objetivos turísticos (la recepción de los canales vía satélite en los hoteles para satisfacer a turistas acostumbrados a la abundancia, y la eliminación de las antiestéticas antenas en municipios especialmente atractivos para los visitantes).
A medida que nos adentrábamos en una sociedad más digitalizada, e irrumpía Internet, era más clara la necesidad de redes de cable de banda ancha. Las bases del despliegue se legislaron a mediados de la década de los 90, y comenzaron a implementarse redes HFC (Hybrid Fiber and Coaxial). Como el de la comunicación, el de las telecomunicaciones es un sector especialmente sensible. Controlar contenidos y redes se halla, subrepticiamente, en los cimientos de los gobernantes, por lo que los cambios en estos sectores están sujetos a variopintas rigideces.
La posibilidad de ofrecer al cliente final un paquete único de productos popularizó el concepto de triple play. A principios de siglo XXI era la panacea: telefonía, televisión e Internet, tríada unificada. La multiplicación de ofertas televisivas, la necesidad de más banda ancha (Internet y el streaming) y la ebullición global del sector llevó a liberalizarlo aún más. La nueva palabra clave era fibra óptica. Fibra, fibra y más fibra. El reino del silicio (acaso del erbio a medio plazo). Los 100 Mbps, los 300 Mbps, el Gbps. En la era del Exabyte, del big data y el almacenaje de gran cantidad de datos, el equilibrio entre velocidad y conservación de datos se acelera.
Ahora, en 2018, en el sprint final de la segunda década de esta centuria, el anhelo del cliente final, ora doméstico, ora empresarial, siempre en movilidad, es la fibra óptica hasta el hogar (el FTTH) y el quíntuple play (televisión, telefonía fija y móvil, Internet fijo y móvil). Las administraciones públicas son conscientes de la trascendencia de la infraestructura, local y transoceánica, e instan a universalizarla. Sociedad de la Banda Ancha en estado puro. A la tarea inversora natural de los operadores debería sumarse la de las empresas Over the Top, las creadoras (o canalizadoras) de contenidos, las piedras angulares del cloud journalism. Es la última cruzada de un cable que siempre, siempre, toca la fibra sensible.
Dr. Joan Francesc Fondevila Gascón Director del Centro de Estudios sobre el Cable (CECABLE) Profesor titular de Universidad Autor del blog científico http://www.telecomunicacionesyperiodismo.com/
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